ALEX CASTRO
Sorpresas y euforia en el segundo día del llamado festival de cultura iberoamericana.
Me sobran razones para preferir la música grabada por encima de los conciertos; pero este maratón me recordó algo que a veces olvido: muchas veces los músicos suenan mejor en directo que en los discos de estudio.
La razón es simple: no siempre se puede capturar la energía de la música en vivo en una grabación, como creo que le sucede a Como Asesinar A Felipes (Chile) y Love Of Lesbian (España), cuyas grabaciones no proyectan la misma energía que sus directos.
Los chilenos tocaron temprano y ante poca gente en la Carpa Intolerante, por lo que muy pocos atestiguaron la forma en que se amarran bajo, batería, dj y mc, proyectando una fuerza y contundencia destacables.
Por su parte, los españoles tocaron en un horario y escenario que les favorecían más, logrando conmover e incluso divertir a la gente, especialmente a las chicas que cantaban con una sonrisa en el rostro cada uno de sus temas. Gran show el de L.O.L.
El hip-hop latino brilló en manos de Ana Tijoux, quien llegó con banda completa –metales incluidos– y sonó como debe, lo mismo que La Banda Bastón, en un escenario más pequeño pero conectando totalmente con sus seguidores.
No así Pedro Piedra, a quien antes le iba mejor en un escenario más pequeño, acorde con su popularidad en México, que en un escenario tan grande como el principal. A Caloncho le fue bien, lo mismo que a Furland, quienes tocaron durante la puesta de sol y ante un público bien receptivo.
Y Jumbo… Ah, esos muchachos. No tengo nada en contra de ellos pero cada vez me convenzo más de que, igual que Ely Guerra, ya deberían tomar un descanso. Sin embargo, reconozco que canciones como “Fotografía” sonaron muy bien en el escenario principal.
Y claro, nunca faltan los estrafalarios: Charly Monttana brillando literalmente en el escenario con un traje plateado y Banda Bostik, que al parecer no se bajaban del escenario porque sus seguidores no los dejaban, incluso después de que les habían apagado la luz y el sonido.
A Pellejos no los vi, pero aparentemente estaban muy molestos porque los medios no les hicieron caso en la sala de prensa; todo lo contrario de Sr. Bikini, que ante la misma situación se comenzaron a entrevistar entre ellos para llamar la atención de los periodistas y aprovechar el micrófono. Fue curioso ver cómo actúa cada banda en la misma situación.
Dos protagonistas de la noche fueron The Polyphonic Spree y Los Tres; los primeros estuvieron todo el día con la misma actitud bonachona y feliz de sus canciones, entregando una actuación increíble que incluyó canciones de toda su carrera, así como una canción que sólo decía “Parangaricutirimicuaro” (exclusiva para México, según dijeron) y un cover de “Live and Let Die”, de Paul McCartney. Grandes, no sólo en tamaño, estos texanos.
Por su parte, Los Tres (que ya no son cuatro, ni tres de los integrantes originales, sino sólo dos) trataron de suplir ese hueco invitando a músicos como Vincent Van Rock (Rebel Cats) y Chetes. Yo creo que ni así convencieron, pero por lo que veo hay gente que los adora, hagan lo que hagan.
Claro, la cereza del pastel, que casi siempre es el gancho para que la gente que no escucha música latina venga al Vive Latino, en este caso fueron Cut Copy y Arcade Fire.
Los primeros cumplieron haciendo bien lo que nos han demostrado que hacen bien en tantas visitas previas; pasándose del dance al pop rock y de vuelta al dance a la menor provocación. Nada que reprochar.
Arcade Fire también cumplió; es evidente que pasan por un gran momento no sólo creativo, sino de confianza, lo cual proyectan en el escenario. Sorpresas y euforia en este segundo día de Vive Latino.