No_sólo forjó el sonido de toda una corriente musical. Cuatro décadas después, el guitarrista sigue dando muestras de su temple de hierro.
PABLO E. ISLAS MÁRQUEZ
Black Sabbath le debe mucho al guitarrista gitano Django Reinhardt. ¿Cómo es eso? Aquí la historia completa.
Accidente afortunado #1:
Jean Baptiste Reinhardt se aficionó a la música desde pequeño, y migró a las afueras de París con su familia, donde vivió en un campamento gitano con sus padres. A los 12 años comenzó a tocar instrumentos de cuerda con una habilidad sorprendente, pero a los 18, un gran incendio que se propagó en su caravana le dejó serias quemaduras en la mano izquierda, ocasionando que perdiera la movilidad de dos de sus dedos. Sin embargo, eso no le impidió seguir adelante y convertirse en uno de los músicos más influyentes del jazz europeo.
Accidente afortunado #2:
Muchos años después, un joven de la industriosa ciudad de Birmingham, llamado Frank Anthony Melby Iommi, también se aficionó a la guitarra. Tony trabajaba en una acerera como soldador, donde cierto día, una cortadora le cercenó parte de las puntas de los dedos. Como era de suponer, ya no podría tocar la guitarra, por lo que cayó en una gran depresión.
Pero un amigo le contó la historia de Reinhardt, y lo motivó a seguir adelante. Tony se hizo unas puntas metálicas para los dedos y posteriormente unas prótesis de goma para poder seguir tocando la guitarra, a la que le hizo una afinación especial.
El padre del riff
Así fue como un accidente generó el sonido de la banda más influyente del heavy metal y con ello el de toda una corriente musical.
Y es que más allá de toda la parafernalia metalera y de todo el marketing alrededor de su compañero de banda, Ozzy Osbourne, Tony Iommi es una figura trascendente en la música; el padre del riff.
Él solo cimentó el sentido y la fuerza del metal. No existe ningún guitarrista del género que no haya abrevado en la música de Black Sabbath y por ende, en la inspiración y versatilidad de Iommi. No sólo es el único integrante que siempre ha estado (en ocasiones muy a su pesar) en Black Sabbath, sin importar si está Ozzy o Dio. Incluso detrás de las voces de Ray Guillen, Rob Halford, Tony Martin o Ian Gillan, Tony Iommi sabe lo que tiene que hacer: sonar su afilada guitarra.
Por algo la revista especializada Guitar World lo postuló como el guitarrista número 1 del globo, mientras que la Rolling Stone lo ubicó en el lugar 25. Es increíble la gran cantidad de riffs que Iommi ha escrito a lo largo de cuatro décadas, muchos de los cuales no volverán a escucharse, simplemente porque las alineaciones de los grupos no son compatibles. Durante años, Iommi deseaba firmar las portadas de los discos con su nombre y no con el de Black Sabbath –incluso llegó a acuñar el nombre de Heaven And Hell para continuar su carrera con Dio en la voz y Geezer Blutler en el bajo–, pero la presión de las disqueras pudo más que los deseos del guitarrista.
Verdaderos latigazos
Hay poderosísimos materiales como Dehumanizer (1993) que contienen riffs que son verdaderos latigazos y que quizá nunca vayan a poder escucharse nuevamente en vivo. Como ejemplo, esta canción “Time Machine” en la versión de la película Wayne’s World. PODER ABSOLUTO:
Otro ejemplo es “Peace of Mind”, que sólo aparece como bonus track en la edición de lujo del disco 13 y que es el resumen de las lecciones de Iommi; el sonido denso, lento y pesado, acompañado por pasajes veloces y riffs incesantes:
Hoy, Iommi sigue dando cátedra, no sólo como guitarrista, sino como ejemplo de la fuerza de un ser humano ante la adversidad, ya que actualmente libra una feroz batalla contra un linfoma que le fue detectado. Aunque ello no impidió que grabara el nuevo material con Geezer Butler y Ozzy Osbourne. “Estar con ellos ahora es mejor que hace cuarenta años”, comentó el guitarrista que toma unas semanas para su tratamiento, descansa diez días y regresa a los escenarios. Una verdadera proeza para alguien que está luchando contra el cáncer.
Tony Iommi es el verdadero Iron Man.
PD. Esta nota no trata de minimizar a los otros miembros de Black Sabbath, lo cual sería una tontería; pero sí destacar el gran aporte de Iommi a la música.
PD. 2: Si van a comprar el disco 13, busquen la edición de lujo con el disco extra, no se arrepentirán.
PD. 3: ¡Nos vemos en el Foro Sol el 26 de octubre!
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