MAURICIO HERNÁNDEZ A.
La dinámica de las nuevas comedias norteamericanas no me es del todo ajena. Recuerdo películas como The Wedding Singer, American Pie, The Hangover, 50 First Dates y muchas otras en las que el soundtrack ocupa un lugar muy particular.
Sería aventurado decir que es por sus sonidos que este género cinematográfico ha salido avante, ya que no siempre se hacen acompañar de piezas de gran calidad. Tampoco quito el mérito a los actores y mucho menos a las risas que ocasionalmente nos arrebatan, pero si en algo destacan estas producciones es en su extraña mezcla musical.
Tal es el caso del OST de este nuevo filme que rescata la fórmula por demás utilizada. Sin replanteamientos, retoma cortes musicales de generaciones pasadas y las adapta al humor tan típico del cine gringo.
Sin duda y sin pensarlo mucho, nuestros vecinos norteños son especialistas en eso. ¿O cómo explicar la musicalización de una escena con “I Will Always Love You” de Whitney Houston, pasando por Funkadelic, KRS-One, Cypress Hill y sin ningún temor llegar a los Backstreet Boys?
Doce tracks más que conocidos que van desde Snoop Dogg hasta Norman Greenbaum con su “Spirit in the Sky”. Sí, palomitas, fiesta, enormes residencias con grandes jardines, bebidas de colores, botanas, tonterías y ruido, mucho ruido. A eso sabe este material.
Por si fuera poco, en esta película los actores se interpretan a sí mismos: Rihanna como Rihanna; Emma Watson es Emma Watson; James Franco, como James Franco y así sucesivamente. Tan original como su banda sonora.
–