PABLO ISLAS
Entre la experimentación y el ridículo.
Precaución: Fans irredentos de The Beatles, con todo respeto les recomiendo que se abstengan de escuchar este material.
Los Flaming Lips han osado recrear uno de los discos más emblemáticos de la historia de la música: Sgt. Pepper Lonely Heart Club Band, que es considerado por muchos como la obra cumbre del cuarteto de Liverpool (personalmente prefiero el llamado álbum blanco).
Los Beatles son objeto de miles de tributos todos los días. En México constantemente hay presentaciones de bandas tributo; incluso en el B.B. King Blues Club & Grill de Nueva York, todos los sábados está tocando la banda tributo Strawberry Fields… ¡mientras degustas tu desayuno buffet! El de por sí caótico y experimental sonido de los Flaming Lips, se mueve ahora entre las peligrosas aguas de la experimentación y el ridículo. En algunas de las recreaciones expone muy buenas versiones de este material, pero en otras parece un sin sentido.
Por ejemplo, y para ser honestos, decidí empezar por la última, “A Day In The Life”, que es uno de los himnos sagrados de los Beatles. Sin antes escucharla, Coyne invita a Miley Cyrus, quien es una de las cantantes más polémicas y (agreguen aquí el adjetivo que deseen) de los últimos tiempos. Y el resultado es muy interesante, porque lleva una de las obras cumbres de la psicodelia de los sesentas a una nueva recreación con psicodelia del nuevo milenio.
El experimento contrasta con “When Im Sixty Four”, que parece armada como un rompecabezas con piezas de otras cajas; es decir, ¿qué rayos quiso hacer con la canción? El disco comienza con una muy interesante versión de “Sgt Pepper Lonely Heart Club Band”, acompañado de los integrantes de My Morning Jacket, y genera muy buenas expectativas, seguida de una psicótica versión de “With A Little Help From My Friends”, en donde cada verso de la canción es procesado con diferentes efectos de sonido y tonos de voces, lo que le puede poner los pelos de punta a más de uno.
“Lucy In The Sky With Diamonds” lleva a la psicodelia a un nuevo nivel. De nuevo aparece Cyrus, y ahora se hacen acompañar de Moby en un interesantísimo ejercicio de experimentación. Es cierto, este no es un álbum tributo (no tiene la intención de serlo), sino una recreación de una obra maestra, filtrada a través de la mente de un genio loco como Wayne Coyne.
Es verdad que en ocasiones el líder de los Flaming Lips toma riesgos de más, pero en general esta es una obra disfrutable y hasta recomendable que tiene un efecto interesante: estoy seguro de que los motivará, como lo hizo conmigo, a levantarse y buscar ese viejo LP, ponerlo en la tornamesa y volver a volar con las versiones originales.
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