MARÍA MERIOMA
FOTOS: Rockstar Photographers / Jüliëtä Fëröz / Sziget España Official
La isla abrió sus puertas el domingo por la tarde para comenzar a recibir a los primeros sziudadanos (los habitantes de Sziget), aquellos que por diversas razones prefieren llegar con antelación al festival y habitar lo que será su casa durante más de una semana.
El lunes por la mañana Sziget era un lugar apacible donde se escuchaban los martilleos de quienes se encontraban instalando sus tiendas o los sonidos de los camiones de montaje a muchos metros de distancia.
Todo cambió el miércoles, la primera jornada de uno de los festivales más grandes de Europa. Ya no sólo deseaban entrar a la isla sziudadanos precoces o trabajadores del lugar, sino todo el público con abono de siete días (agotados) y los que adquirieron entrada para ver a los artistas que se encargaron de dar el pistoletazo de salida al festival, pasaron por la entrada el día de ayer, lo que implicó largas colas desde el momento de salir del metro que llega cerca de la entrada y una espera de bastante tiempo para acceder.
¿Por qué Marky Ramone abrió a las 16:00 el main stage? Aún nos lo seguimos preguntando. En la puerta había ríos de gente y una muy buena parte del público seguía esperando acceder al recinto mientras sonaban los primeros acordes de “Rockaway Beach” y “Teenage Lobotomy”. El concierto comenzó con 1/5 parte del aforo del escenario principal, y parecía como si tocase un grupo desconocido de Europa del Este que sólo es muy importante en su país, o eso es lo que se suele ver a esas horas por allí.
Poco éxito tuvo en neoyorquino con el público del miércoles, por más éxitos de Ramones, eran unos cuantos los que seguían su purismo punk y sus letras, lo que resultó en un concierto del que lo más destacable fue que poco después de acabar cayó una tormenta de esas que se desatan en Sziget y te dejan como si hubieses nadado en el Danubio con ropa.
La gente mojada buscaba dónde resguardarse o definitivamente volvió a sus tiendas a cambiarse de ropa y esperar. Ver a Skunk Anansie era un plan apto solo para fans hasta la médula, impensable para el resto que deseamos mantenernos más o menos sanos una semana más.
Ya llovía poco cuando entró Die Antwoord con un inicio de concierto con misterio. Pocas palabras hay para definir el show de los sudáfricanos. Suena a lugar común, pero lo digo porque dejó a todos, tanto a quienes ya los conocíamos como a quienes no e incluso a aquellos a los que no les gusta su música, incapaces de describir la constante descarga de movimientos y música que presenciamos.
Artistas (deletreado con énfasis) son este par que hacen de todo menos repetirse en el escenario; de las cuatro presentaciones que he visto, ninguna ha sido igual, aunque ayer fue en la que más complacidos se les notaba.
Las mezclas de las canciones, comenzando por los ritmos, cambiaron radicalmente de un año a la fecha, al punto de que a pesar de conocer la letra era imposible seguirlos. También cambiaron, como ya es costumbre, alrededor de siete veces de vestuario en una coordinación infalible con sus bailarines y con el DJ, que se encargaron de que nadie notara en qué momento se ausentaban.
Ninja rapeó alrededor de un minuto sólo con la frase “Budapest you’re the best”, y no dejó de hacer guiños al público (y de enseñar su trasero) mientras decía palabras en español, aún no sabemos por qué. Se echó tres veces sobre el público hasta que en la última el personal de seguridad insistía en tirar de él para devolverlo al escenario, pero Ninja no quería; se aferraba a las manos de los asistentes para mantenerse encima de ellos del otro lado de la barrera.
Terminaron Ninja, Yo-Landi y compañía con una reverencia mientras el público aplaudía, se quedaron mirando al suelo alrededor de dos minutos porque no dejábamos de aplaudir y gritar. Volvieron para hacer “Enter Ninja”, salir sincronizados otra vez y dejar el escenario libre para al cierre de la noche con la electrónica de The Chemical Brothers.
La espera para que llegaran los británicos se hizo corta, al menos en comparación con lo que tardó la primera nota de “Hey Boy Hey Girl” en dejar de sonar para darle paso a los BPM y terminar de comenzar con el concierto más lleno de la primera noche en el main stage. The Chemical Brothers suelen ser de esos conciertos que quedan en la memoria al ver a uno de los grupos más importantes y consolidados de la electrónica mundial.
Con un éxito tras otro y parte de su nuevo material, fue un buen comienzo para la primera fiesta en la isla, aunque el frío y los restos de lluvia en el cuerpo hicieron que no se sintiera un público tan entregado y suelto.
En nuestro caso, para terminar de verlos nos dirigimos a la zona VIP, donde se puede observar todo lo que pasa en el main stage en pantallas gigantes.
Mientras tanto, en México se preguntaban por qué nuestra transmisión tenía algo distinto al concierto de The Chemical Brothers, resulta que no dieron permiso para su transmisión, hasta el punto de que ni siquiera en las pantallas donde podemos ver todo estaban presentes. Acabamos por escucharlos un tanto más lejos sobre fondo negro.
Y así se fue la noche de una jornada tranquila a pesar de lo convulso del concierto de Die Antwoord y del baile que despertó en el cuerpo el cierre con The Chemical Brothers. Tal vez fue la lluvia o el frío, pero este primer día nos supo a poco y nos deja esperando a que terminen de abrir el resto de escenarios.
DATO DEL DÍA:
Europa está nerviosa en general por las amenazas de terrorismo. Los informativos son una sucesión de acontecimientos violentos en los países de la Unión en busca de posibles atentados, lo que hace sentir que todo el contenido está escrito para programas sensacionalistas. Esto se traslada a Sziget en forma de medidas de seguridad que antes no había.
La edición de 2016 de Sziget ha cambiado lo necesario para garantizar la seguridad de los asistentes. En principio, la reventa debe ser casi imposible porque en el momento de adquirir el abono o pase de día quedan asociados a un nombre que deberá identificarse con pasaporte o algún documento válido; cuando se recogen las pulseras el documento de identidad que se presenta es escaneado y se asocia a un código QR que tiene cada pulsera.
La entrada que años anteriores implicaba mostrar la pulsera y comprobar que no estaba rota o floja, esta vez incluye escaneo del código QR y comprobación de la identidad de quien la porta cada vez que se accede a la isla, por tierra (el famoso Puente K) o por agua, y los controles de seguridad además de detectores de metal incluyen una exhaustiva revisión de toda maleta, bolso o bulto que pasa por la puerta.