Canciones para relajar la cabeza en tiempos difíciles.
SAMUEL VALDÉS LOPEZ
Una de las teorías paranormales que gozan de más popularidad es sobre energías residuales, esto es: las emociones fuertes –alegres o tristes– vividas en un edificio dejan una “huella” y lo que vemos como fantasmas son los remanentes de tal erupción sentimental.
La banda Stars grabó No One Is Lost en la parte superior de una discoteca gay, llamada The Royal Phoenix, poco antes de que esta cerrara. El ambiente y sonidos que sangraban através del suelo inspiraron directamente gran parte del disco y se nota.
Stars está lo más lejano posible de sus sonidos chamber pop con toques electrónicos que los hicieron brillar desde el principio. Si nos ponemos a medir en una escala de pop ochentero, Stars en la era de The Five Ghosts era Men Without Hats con “Safety Dance”. Stars en la era de No One Is Lost es Men Without Hats con “Pop Goes the World”. Misma banda, sonido más suave.
Ese sonido ochentero que abunda en No One Is Lost tal vez sea un recurso del que han abusado recientemente bandas como College, Electric Youth y Kavinski. No está mal que se use, lo malo es cuando se pierde la identidad de la banda, como ahora le sucede por momentos a los canadienses.
La banda se disipa mucho cuando el EDM aparece en algunas canciones, como “What is to be done?”, que suena un poco más a un Benjamin Diamond que desayunó fuerte que a Stars. Por otro lado, “Are You OK?”, “Look Away” y “No Better Place” son pequeños puertos en la tormenta para los que buscaban un poco más lo que ha ofrecido el conjunto en discos anteriores.
No One Is Lost no es un mal disco y cualquier banda con más de diez años en el reflector siempre necesita intentar algo nuevo para no quedarse en pan con lo mismo. No hay gran agenda política ni mensaje profundo, sólo una colección de canciones para relajar la cabeza en tiempos duros y difíciles. La discoteca está cerrada, pero si escuchas bien, el triplay todavía retumba levemente al ritmo de 4/4.
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