LUIS RESÉNDIZ • Es difícil acercarse a Skrillex: su sonido “de licuadora”, como se le ha denominado vulgarmente, no predispone a escucharlo libremente y sin prejuicios. El dubstep, en general, es uno de esos géneros a los que malamente uno no se aproxima porque tiene varias ideas preconcebidas de lo que quiere y debe escuchar.
Por eso, ¿qué pasa cuando un disco que se pinta como posiblemente interesante –como, en este caso, el soundtrack de Spring Breakers, la nueva película de Harmony Korine—, está a cargo de un músico contra el que se tienen algunos prejuicios?
Lo recommendable en estos casos es deshacerse del prejuicio y entrar a escuchar sin más. (Eso es lo recomendable en todos los casos, en realidad.) Esta banda sonora fue hecha, aclaremos, con varias piezas nuevas y viejas del repertorio de Skrillex, pero también cuenta con participaciones de nada más y nada menos que Cliff Martinez, a quien algunos memoriosos recordarán como el autor de las piezas originales del excelente soundtrack de Drive.
El disco no se salva, por momentos, de lo irritante que resulta –o al menos a este reseñista así le parece— el sonido “de licuadora” de algunas canciones de Skrillex. Sin embargo, no todo lo que se está escuchando es así. El tema inicial, “Scary Monsters and Nice Sprites”, por ejemplo, es una pequeña muestra de cómo el dubstep y su a veces molesto sonsonete pueden transformarse en una experiencia auditiva agradable. El tema es enérgico, impetuoso, y dan ganas de seguir escuchando.
La colaboración entre Cliff Martinez y Skrillex, por otro lado, es logradísima. No sé hasta qué punto se debe uno y hasta qué a otro –y en realidad la importancia de esto debería ser mínima—, pero lo cierto es que temas como “Son of Scary Monsters” y “Your Friends Ain’t Gonna Leave With You”, con su atmósfera ominosa, triste y opresiva, como de adolescente abandonado en la carretera, justifican la dupla más de una vez.
Hay por allí un tema con James Franco –que a todo el mundo le cae mal pero que todo el mundo dice que es genial en esta película— que pasa más bien sin pena ni gloria, porque lo que más importa es escuchar a la dupla Martinez/Skrillex: prestar atención a “Bikinis & Big Booties Y’All”.
Sorprendentemente, el soundtrack de Spring Breakers huye del lugar común de la música de playa y construye una identidad propia a partir de composiciones inteligentes, de atmósferas inusuales. Hay que reconocer, si no otra cosa, este atrevimiento.
El disco cierra con una colaboración de Ellie Goulding, que es como Grimes pero bastante más popera: “Lights”. Su tema es mitad teenager, mitad indietrónica: ya para estas alturas, al soundtrack de Spring Breakers le compramos casi cualquier cosa que nos ponga enfrente con tal de seguir escuchando la música con la que chicas adolescentes asaltan bancos en bikini.
Escucha el soundtrack completo aquí:
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