SAMUEL BENITEZ • De la panadería al rock.
FOTO: Shervin Lainez
Jessica es originaria de Detroit y conoce la tradición musical de la ciudad, desde el soul hasta el techno. Fue allí donde aprendió todo lo que ahora proyecta en cada show. La mujer canta desde que tenía tres años; su asombrosa voz engaña, ya que nunca tuvo una formación vocal formal. Desde muy joven, Jessica buscó equilibrar sus estudios cantando en el coro y presentándose en todos los musicales de la escuela.
Durante sus tiempos libres, ayudaba a sus padres en la panadería familiar, ubicada en suroeste de la ciudad. Cantante y multi-instrumentista, Jessica es autodidacta en todo, aunque empezó a tomarse en serio la carrera de la música después de la secundaria. Aprendió a tocar guitarra, teclados y recientemente las percusiones, mientras escribía en cuadernos hasta llenarlos de canciones con letras folk.
“Con cada grabación he aprendido más acerca de lo que quiero hacer”, menciona Jessica, “pero en ocasiones también aprendí lo que debería haber hecho. Al escuchar tantos EP extraños desde el principio, me ayudaron a comprender lo que debería dejar de hacer mal”.
Su voz es a la vez llena de humo y brillante, mientras que su estilo vocal es por demás variado. Algunas de sus canciones recuerdan al viejo mundo del cabaret, para luego ser expulsadas por unas con toques modernos de indie rock o al estilo de la estética lounge pop, intensificadas por los efectos del sintetizador que las convierten en ritmos bailables.
Jessica ha ampliando constantemente su sonido, conduciéndose en una amalgama de blues, jazz vocal y neo-soul que cada vez se agudiza más y se acerca al rock.
En algún momento, Jessica consideró la posibilidad de seguir en la música como solo un sueño difícilmente alcanzable, y se contempló la opción de continuar trabajando en la panadería de sus padres. Sin embargo, se decidió por la música luego de una llamada de la Blue Note Records, sello discográfico icónico de jazz, que acababa de escucharla cantar.
Actualmente se hace acompañar por The Deltas, un grupo de músicos que la acompaña en cada presentación. Y así fue como lanzaron su álbum debut Secret Evil, publicado a través de Instant Records. En el disco pueden escucharse por igual partes de rockabilly y surf, pop, cabaret jazz y funky reggae, latin psych y gypsy punk.
Cocinado en el caliente pavimento de “Motor City” y sazonado con la combinación de clásico R&B y energético rock n’ soul, canciones como “Caught Up” y el sincopado “No Place Left To Hide” muestran la calidad de voz y ambición musical de Jessica Hernández.
Secret Evil se escucha fresco, centrado, y sorprendente; un álbum debut calificado como notable por la crítica especializada de una banda nueva que suena convincente.
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