SAMUEL VALDÉS LÓPEZ • Una de las bandas que estuvieron ahí, desde los inicios de la escena shoegaze.
La naturaleza onírica del shoegaze siempre se me ha hecho cálida, como un abrazo que nunca acaba. Los superfans nos conocemos al dedillo los exponentes máximos del género, y ahora que el movimiento parece nuevamente energizado con los regresos de My Bloody Valentine y Slowdive, la escena que se celebra a sí misma nuevamente gana atención.
Ahora bien, hay bandas que estaban en la escena desde que empezaron y una de ellas es Echodrone, de San Francisco, quienes utilizando la forma del shoegaze aplican su propio fondo a la música.
Con canciones dream pop y sensibilidad de shoegaze, Echodrone ha creado un estilo muy digerible de música, siempre reconociendo que ellos crecieron con dosis iguales de música underground y comercial. Prueba de ello es su amor al pop setentero y ochentero, sacando un EP de covers de bandas como Alan Parsons Project, The Cars y Christopher Cross, titulado Mixtape for Duckie (en honor al personaje de Pretty in Pink).
Como la marea de la bahía de San Francisco, Echodrone va y viene, haciéndote recordar las canciones que amabas (pero no querías admitir) mientras expanden los colores de sus sonidos, añadiendo ahora sonidos electrónicos a sus bases instrumentales.
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