FOTO: 4AD / Robert Semmer
El caso de Deerhunter parece casi inclasificable, ya que la banda originaria de Atlanta confunde como escucha desde el principio. Aunque veces suenan a garage rock, otras caen en la simpleza del pop rock, y de repente, como en un sueño lúcido propio del dream-pop, hacen que te pierdas entre reverbs y sintetizadores casi psicodélicos.
Y lo mismo sucede con su producción, que en ciertos momentos se escucha sofisticada y cuidada, pero luego parece ser el trabajo de una banda que simplemente prefiere grabar en el garage de su casa.
Aunque el proyecto liderado por Brandon Cox debutó hace exactamente una década con Turn it Up, Faggot (2005), no fue hasta el lanzamiento de Cryptograms (2007) que el conjunto logró captar la atención de la industria. Y es que a partir de dicha grabación –y por lo menos hasta Monomania (2013)– Deerhunter posee, pule y perfecciona la carga de todo su contenido heterogéneo. Y es que, paradójicamente, ha sido esa flexibilidad de mutar su sonido sin cambiar su esencia la clave para ganarse un lugar entre la música de nuestros días.
Este 2015, Deerhunter regresa con Fading Frontier, un álbum que logra lo que muchos desean hacer dentro de la música: concentrar influencias de diferentes índoles para crear un material que suene homogéneo y cuyas partes ya parezcan difíciles de volver a separar.
Deerhunter es otro de los nombres que encabezan el cartel del festival Nrmal 2016.
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