SERGIO BENITEZ
De origen argentino pero radicado en el barrio de Queens, Nueva York, Tall Juan ofrece una música plagada de un punk, garage y rock and roll de corta duración y lleno de actitud, que no sólo se percibe en su música sino en la letras que son trozos autobiográficos acerca del amor, las drogas y su estilo de vida en general.
Su sonido muestra una marcada influencia de Ramones, pero también de Sonic Youth, David Bowie o Sumo e incluso Vinicius de Moraes, Franco Battiato o Hector Lavoe. Basta con escuchar cualquiera de sus canciones para identificar el rastro de dónde pudieron haber sido inspiradas.
Juan Cruz Zabala, su nombre real, comenzó a absorber música y convertirla en algo más suyo, más personal. Inició su andar por la música como bajista de Fantsmagoria; más tarde decidió tomar la guitarra y unirse a la banda de María Eva Albistur mientras que en paralelo formaba la banda Pilotos.
Ya en los Estados Unidos y junto a su hermana, emprendió el proyecto The Zaballas, que lo llevaría de gira por Londres, París y Berlín. A su regreso a Nueva York, comienza a componer música para su proyecto, ya como Tall Juan, junto al músico uruguayo Dinamita Pereda.
En 2014 lanza su primer sencillo, “Falling Down”, aunque fue hasta 2017 que presenta su primer larga duración, Olden Goldies; un disco de canciones que no rebasan los dos minutos de duración.
En vivo es como una máquina del tiempo: un espejismo de Ramones, aunque con mucha mayor expresión corporal, ya sea sobre el piso o el escenario, donde se transforma y contorsiona, mientras parece devorar el micrófono y a los asistentes.
La inspiración del argentino, a decir suyo, viene de sus exnovias y amigos, pero también de The Beatles, Ramones y Richard Hell.