SERGIO BENITEZ
La crudeza y furia del punk, de antes de que existiera el punk.
The Sonics surgieron en Tacoma, Washington, hace más de medio siglo. Para ser exactos, a mediados de 1960. Nadie sabía que estaban adelantados a su época, pero su sonido de garage rock, crudo y salvaje, anticipó lo que a finales de los setenta se conocería como punk.
En ese sentido, fueron pioneros y artífices de una especie de proto punk, junto a bandas como The Kingsmen, The Wailers, The Drastics, The Dynamics y Death.
La idea de la banda fue del guitarrista Larry Parypa, al que se unió su hermano Andy en la otra guitarra. En sus primeros ensayos otro de sus hermanos y hasta su madre los ayudaban con otros instrumentos. Pero la banda se completó con la llegada del baterista Bob Bennet, el saxofonista Rob Lind y el tecladista Gerry Roslie.
Sus primeras letras no eran más que un retrato de la cultura juvenil de los años sesenta, en las que hablaban de chicas, surf, autos y guitarras, aunque también incluyeron tópicos oscuros y provocadores como la brujería (“The Witch”), la estricnina (“Strychnine”), los psicópatas y las fuerzas demoníacas (“He’s Waiting”).
Con una distorsión saturadísima en sus guitarras y la voz casi convertida en aullido de su vocalista Gerry Roslie, The Sonics irrumpieron en la escena justamente con los sencillos “The Witch” y “Psycho”, con los que consiguieron cierto éxito inmediato en el noroeste de los Estados Unidos, zona del país en la que no les asustaba tanto su sonido demencial.
Fue entonces que graban su primer LP, Here are The Sonics (1965), que ademas de las canciones mencionadas, incluyó “Have love, will travel”, que es otro de sus temas más populares.
Ya desde entonces se mostraban interesados por los métodos de grabación de baja fidelidad (como el uso de un solo micro para toda la batería), lo que les dio un sonido simple y apelmazado que se convertiría en su sello.
Un año después llegó Boom (1966), que sin la cruda personalidad de su álbum debut, aún poseía la intensidad necesaria que los llevaría a ser teloneros de bandas como The Beach Boys.
Con el tiempo llegaron también los altibajos infaltables en cualquier banda. En 1967 lanzan Introducing The Sonics, pero Bennet y Toslie abandonan la banda, dejando coja a la agrupación que tiempo después decide separarse, para regresar varias veces, aunque la reunión definitiva ocurriría nada menos que treinta años después, ya con un baterista distinto.
Ya en esta década, lanzan un EP en vivo, lo que les permite entrar de nuevo al estudio para grabar nuevos temas y producir This Is The Sonics (2015), primer larga duración de la banda en cuatro décadas, ya con un sonido más refinado aunque no sin la furia que mostraron desde el inicio.
Aunque ya visitaron la Ciudad de México hace algunos años, este 17 de junio habrá otra oportunidad para ver a esta legendaria agrupación, ahora formando parte del cartel de la segunda edición del Wild O’ Fest, en la Carpa Astros.