@dannacampos
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El hallazgo de Whitney, la banda originaria de Chicago, es uno de los más jóvenes de La Ciudad de los Vientos. Con una escuela que nos recuerda a un Sufjan Stevens antes de su clímax musical, la banda liderada por Max Kakacek (ex Smith Westerns) y Julien Ehrlich (ex Unknown Mortal Orchestra), ha rescatado el oxímoron de hacer las letras más tristes con el sonido más feliz nunca antes escuchado.
Con el lanzamiento de su álbum debut, Light Upon the Lake (Secretly Canadian, 2016), Whitney convierte a su música en un deleite a partir de elementos rock/folk muy simples: El falsetto de la voz de Ehrlich, y la guitarra de Kakacek con la estructura más minimalista y pulcra, además de una trompeta que siempre entra en el momento exacto de cada canción.
Lo interesante de Whitney no es el nombre (pues seguro proviene de alguna chica de la que alguno de ellos se enamoró alguna vez), sino del hecho de que, proyectos relativamente buenos, pero no excepcionales (como Smith Westerns y UMO), hicieron que surgieran dos músicos que se juntaron a hacer algo mucho mejor, casi invaluable, para retomar lo bello de la simpleza del rock bien hecho.
Como sentirse miserable en un día soleado, Whitney nos sumerge en una perfecta ejecución de la sensación del viaje interminable de las promesas rotas y del espacio vacío del duelo que Eros alguna vez perdió.
Canciones destacadas: “No Woman”, “Polly”, “Golden Days” y “No Matter Where We Go”.