DAVID MELÉNDEZ
Acumular etiquetas sonoras distintivas, no siempre genera inmejorables resultados… Pero que crítica y público las unifique en un mismo grito de atención, es el arranque idóneo para cualquier agrupación que quiera tocar la estratósfera.
Así que para el cuarteto de Essex, The Bohicas, las cosas parecen embonar sin mayor problema. Entre dosis sutiles de kraut y art rock —además de mucha gallardía punk, diluido incluso hasta las postrimerías del blues en clave rasposa—, su fichaje para Domino Records en 2013 fue la señal idónea para prender el semáforo de seguimiento a su carrrera, despuntando sutilmente con The Bohicas EP; un cúmulo de cuatro aguerridos cortes que le puso pavimento a su terreno.
Ahora por fin, su estela prende el firmamento con su debut The Making Of, disco colorido, de debutante nato en lo que cabe (con sus carencias y repeticiones, eso sí), mas rockeramente bullicioso por doquier.
Lo anterior se logra con una triada de productores que brindan variedad y prontitud al sonido, algo que se agradece cuando la madurez musical no yace bien cimentada: Mark Rankin (Queens Of The Stone Age), Chris Hughes (Adam And The Ants, Tears For Fears) y Oli Bayston (Boxed In, Toy).
Por el momento, Dominic McGuinness (vocalista, líder y guitarra maestra) y compañía presentan un álbum engrasado con la esencia de The Kinks, máscaras sonoras a lo The Black Keys y coletazos rock con la impronta de The Black Rebel Motorcycle Club. Aparte, temas como “XXX” y “Swarn” ofrecen cascadas de espíritu pulp, con bajos trepidantes que persiguen tímpanos a mansalva y ataques sónicos con riffs avasalladores. De ahí en fuera, en cortes más holgados al pop (“To Die For”, “Where At You”), también su pared sónica es férrea y sin fisuras.
Oído y ojo con The Bohicas, que poseen camino y futuro. Ojala no se desbarranquen hacia el olvido con su segunda placa.
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