CYNTHIA RODRÍGUEZ • Para seguir con la onda de duetos electrónicos que comenzó Samuel Valdés la semana pasada, ahora tenemos otro par que le entra a los sintetizadores.
Labyrinth Ear son un chico y una chica que viven en distintas partes de Londres. Aún en la misma ciudad, a veces las distancias son eternas, ya que hay que brincar entre líneas del metro y rutas del autobús para encontrarse. Emily y Tom lo consiguen no sólo física sino auditivamente, combinando elementos del ambient más onírico, el pop folk más orgánico y el electro-gótico más avasallador.
Algunos medios dicen que suenan más escandinavos que británicos: forthebeat los compara con Fever Ray, mientras que Robin Murray de Clash Magazine los pone en la misma categoría que The Knife. Pero “nada que ver” con ninguno de los hermanos Dreijer. El mismo Murray imagina que suenan a un sencillo podrido – literalmente, el vinilo echándose a perder en el bote de basura de una tienda de ofertas– de The Human League.
Quizás no tenga tantos moscos, moho y telarañas como Murray imagina, pero su sonido contiene más naturaleza que el synth-pop post-moderno de los legendarios de Sheffield. Naturaleza viva, muerta y resucitada.
Labyrinth Ear acaba de sacar The Orchid Room, su primer álbum de larga duración. A finales de julio, el sencillo “Urchin” fue distribuido de manera gratuita a través de Google Play en el Reino Unido, Alemania, Italia, España, Australia y Nueva Zelanda.
En su catálogo también se encuentran dos EPs: Apparitions y Oak, que fueron lanzados únicamente de manera digital. Pueden descargar Oak completamente gratis desde su tienda en Music Glue, y escuchar Apparitions completito a través de su página en Bandcamp.
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