Esta semana nos llegan reportes de estas dos ciudades, con un festival al que no asisten jóvenes (Simon Says) y un vistazo a dos bandas que debes escuchar: Oxo Foxo y 65daysofstatic.
Simon Says
CYNTHIA RODRÍGUEZ
Este mes, Leicester ha estado celebrando el centenario de De Montfort Hall, la sala de conciertos más importante de la ciudad. Además de presentar recitales y obras de teatro, organizaron un festival de música popular al que llamaron Simon Says, en honor al héroe medieval Simon De Montfort. La oferta musical fue un tanto más moderna que los juglares con laúd de aquellos tiempos, con los proyectos electrónicos, alternativos y acústicos más representativos de la ciudad.
El sábado fue en su mayoría “rockero”. Los actos iban desde el punk pop de Formal Warning y el rock matemático de Clubs, pasando por el post-punk psicodélico de The Marinuccis; We Three & The Death Rattle con su desmadre gótico con theremin, y la última presentación de los hardcoreros Codex Leicester.
También hubo algo de rock clásico con Diesel Park West y Skam, los primeros más cercanos al estilo de U2 y los segundos con tintes metaleros. Little Night Terrors y By The Rivers, egresados de Reporte UK, tuvieron lleno total. Al final, los actos principales corrieron por cuenta de Uncle Frank, leyenda local del funk, y Young Knives, estrellas del indie rock humorístico que ahora traen algo un poco más experimental.
Como en todos los festivales, hubo cosas buenas y malas. Las malas primero: el domingo contaron con un escenario menos. Precisamente, el auditorio original del edificio al que supuestamente festejaban. ¿Por qué? Porque es como faltar a tu cumpleaños. Ese día siguieron abiertos el escenario acústico y el escenario del jardín, pero con más propuestas de folk con lo mismo en el primero. En el segundo, lo más destacado fue The Junipers, también mencionados en Reporte UK. Cuando el sábado terminó a medianoche con Young Knives, el domingo ya había acabado antes de las 6:00 PM con Emily Baker & The Red Clay Halo. ¿Por qué tan pronto? No pueden decir que son reglas del recinto para no molestar a los vecinos: el fin de semana anterior, cerraban un gran recital a las once de la noche con fuegos pirotécnicos.
Simon Says fue un evento familiar, y dio mucho gusto ver gente de todas las edades el sábado: hippies mayores de sesenta años, treinteañeros involucrados en la escena, jóvenes padres de familia que siguen asistiendo a festivales y que llevan a sus hijos para convivir y educarlos musicalmente. Había pequeños con playeras de Happy Mondays y Stone Roses, chicos de secundaria y preparatoria bailando enloquecidamente con Uncle Frank, bebés que veían a sus padres –escritores establecidos– leer en el kiosko de poesía junto a sus madres orgullosas.
Curiosamente, los jóvenes adultos brillaron por su ausencia. Al menos el sábado, la gente entre los 17 y los 25 años simplemente no asistió.
Fue un festival a la antigüita, con artistas que tocan sus instrumentos y cantan sus canciones, que se ha dado a conocer en el circuito de bares locales en lugar de salir en reality shows. ¿Será que a los jóvenes universitarios esto no les pareció atractivo? ¿Será que, aquello que criticamos sobre Glastonbury, es precisamente lo que a aquellos les gusta más?
Como sea, recuerdo cuando las brechas generacionales se daban cada quince años y no cada cinco.
Y desde Sheffield: Oxo Foxo y 65daysofstatic
SAM VALDÉS
La fama es un monstruo curioso. A veces, lo que hace famosa a una ciudad no es necesariamente lo que realmente le da su identidad. Caso en punto, la ciudad de Sheffield, en South Yorkshire, Inglaterra.
Quizás conocida por los más jóvenes como la ciudad natal de los Arctic Monkeys, Sheffield es también famosa por los conocedores que le hincaron el diente a Pulp y saborearon su veneno lírico. Ya los más chavorucos conocen la ciudad por los soñadores teclados que nos regalaba The Human League en los ochentas o el bonachón rock valemadrista de Def Leppard.
Pero también hay un pasado (y presente) musical ampliamente ligado al pasado metalúrgico de la ciudad: la música electrónica. Sintetizadores, secuenciadores y cajas de ritmos, programados hasta el más ínfimo detalle, son la maquinaria engrasada que ha permitido a más de un genio de ático crear desde un lúgubre ambiente funeral hasta el más guapachoso ritmo para bailar en la noche.
Más importante, Sheffield es la cuna de Warp Records, una disquera que hizo voltear miradas hacia esta ciudad inglesa a mediados de los noventas. El legado de Warp, incluída su influencia y su eventual éxodo a Londres, me lo guardo para una edición siguiente del Reporte UK, porque ahora quiero hablar de dos bandas de Sheffield que están haciendo bellas creaciones electrónicas:
Oxo Foxo
Una chica que empezó su amor por la música desde joven con violín y en coros, se unió a una banda llamada Urgent Talk. La banda ya no siguió pero de sus experiencias obtuvo un pedal de loop con el que crea sus propios loops en vivo, sólo con su voz, creando música electrónica en capas con vocales que asemejan más una mantra que un trabajo poético.
¿Por dónde empezar? “Starfish”:
65daysofstatic
Veteranos de la escena post rock, nunca se sintieron a gusto con esa etiqueta. Es por ello que su sonido evoluciona monstruosamente en 2010 con el álbum We Were Exploding Anyway, donde los drones del trance se unen a beats de dance y los siempre bien recibidos guitarrazos, creando un majestuoso ataque musical.
¿Por dónde empezar? “Piano Fights”. Escuchen a todo volumen:
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