ESTEBAN CISNEROS
¿Para qué usamos la música? ¿Qué función tiene hoy? ¿Es sólo un producto, un ruido blanco funcional o algo realmente trascendente? ¿Un punto medio? ¿Es emocionante de por sí o la convertimos en emocionante armándole un contexto a la medida?
¿Es mejor saberlo o no saberlo? ¿Alinearse o alienarse? Me viene esto a la sesera al escuchar a The Heavy, los soul-rockers ingleses (de Bath, Somerset, un nombre que siempre me ha encantado) que llevan ya una década haciendo música poderosa y, sí, llena de alma. Tienen todo para emocionar… y también para ser el perfecto soundtrack para anuncios, películas y videojuegos.
Y lo son. Su gigantesco éxito –larger than life, dirían ellos– “How You Like Me Now?”, que samplea a Dyke and the Blazers con tino y gusto, ha aparecido en todos lados. Está en tráilers de películas, en películas, en créditos de cierre de películas, en anuncios de televisión, en videojuegos, como sintonía de programas de televisión, como himno de estadio (los Canucks de Vancouver, de hockey, la usaban para festejar goles) y se coló hasta en alguna campaña política.
Podría incluso uno estar tentado a usar el terminajo aquel de one hit wonder. Pero no puede llamársele así ni en broma a un grupo con cuatro excelentes álbumes en su catálogo. Y es que la canción es buena y es una gran muestra de todo lo que puede hacer este grupo, carta fuerte del neo-soul que se ha hecho tan fuerte en estos años.
El conjunto, por cierto, no se ha dormido entre algodones. Si Great Vengeance and Furious Fire (su debut de gran título en 2007) ya nos presentaba su soul con guitarras de rock, The House That Dirt Built (2009), una especie de secuela, fue su consolidación comercial y artística.
Pero para su tercer intento, The Glorious Dead (2012) se centraron en el góspel y en la música de raíces, mudándose a grabar a Georgia, para capturar el espíritu sureño de esa música que obsesiona a los ingleses. Es, posiblemente, su trabajo más interesante – también usado para el cine: “Same Ol’” apareció en un tráiler para The Hateful Eight, de Tarantino.
Su último álbum a la fecha es Hurt & The Merciless (2016), que suma todo lo aprendido en el camino. Del soul al rap, al funk, al rock de garaje. Un disco tan bueno que parece planeado de manera maquiavélica para vender más automóviles, videojuegos o películas de acción sin perder la credibilidad.
¿Para qué usamos la música hoy? ¿Qué función tiene? ¿Es sólo un producto, un ruido blanco funcional o algo realmente trascendente? Me viene esto a la sesera al escuchar a The Heavy. Pero lo hacen tan bien que, por ahora, puedo darle un punto a favor a la música. Me han ganado. Así he querido que sea.
Larger than life, que le dicen.
C/S.