ESTEBAN CISNEROS
FOTO: HONOKA NOGUCHI
“No está muy descubierta la escena mexicana en su verdadera complejidad. Algo que aprendí del indie británico es que detrás de cada barrio que nunca ha destacado puede haber alguien con algo interesante que decir”. Habla Fernando Torres, alias Okama Flannel Boy, el proyecto indie mexicano más prometedor de los últimos tiempos. He dicho.
Apenas ha lanzado un sencillo, “Carolina St.”, pero ya es el comienzo de un párrafo que podría ser muy relevante en la tambaleante historia del pop de estas latitudes.
Okama Flannel Boy, del sur de la Ciudad de México, es un tipo que vive de música, que escucha con atención y que sabe escribir grandes canciones de tres minutos. Por si fuese poco, tiene estilo, mucho qué decir y un bagaje de influencias bellísimas.
“Siempre quise tener una banda pero nunca encontré colaboradores afines y cuando llegué a tenerlos no resultó muy bien, así que decidí tomar un par de temas que tenía desde hace un par de años para comenzar a grabar material por mi cuenta”, dice Torres, quien creció rodeado de música en casa de un ex músico versátil amante de los oldies (de hecho para él todo comenzó al escuchar “She Loves You”, de los Beatles a los tres años, ¡qué grande!) “Empecé a tomármelo en serio y a desarrollar mi estilo a partir de los quince, después de ser rechazado para estudiar jazz en la Escuela Superior de Música”.
Producido por Fernando Barragán, el single (disponible en Bandcamp) es un portento de canción que sólo podría escribir alguien que creció con una sana nutrición de Orange Juice, Aztec Camera, Beat Happening y Prefab Sprout, además de los clásicos Beatles y Kinks: guitarras jangly, líneas saltonas de bajo y una letra en inglés que oscila entre la gallardía twee y la introversión rabiosa del bedsit pop (“Shyness mutes me with its sway”). Un clásico, ya.
El “lado B” (o canción complemento) es nada más y nada menos que un tema de Biff Rose –más cult no se puede, puro material pop nerd– coescrita con Paul Williams y lanzada originalmente en 1968; muchos ubican la versión de Bowie en Hunky Dory, pero la de Okama Flannel Boy me gusta aún más. Palabra.
Y a todo esto, ¿de qué va ese tremendo nombre? “Mi novia, con quien vivo ahora, viene de familia japonesa y mi suegra me detesta con ganas”, cuenta Torres. “En algún momento le dijo a mi novia que desde que me conocen siente que la persiguen franeleros como yo. La última vez que la vimos me repitió incansablemente que era un maricón. Okama quiere decir maricón en japonés. Linda persona, ¿no es así?”
Un EP también titulado Caroline St. está ya en camino. Y Torres no descarta tocar en vivo de encontrar músicos de apoyo, aunque confiesa que “me siento alienado por ser tan pop; es decir, a veces no sé cómo reaccionarían si me presentara en un club de post-punk o cualquier foro de rock de la ciudad. ¿Botellas con meados o rosas? Habrá que ver…”
Por lo pronto, Okama Flannel Boy es la gran promesa de este fin de década. Hay futuro. Y aunque Torres dice que del porvenir espera, por lo pronto “un par nuevo de zapatos y seguro dental”, creemos que tiene un catálogo de canciones que se revelarán como algo especial. Mientras tanto, replay a “Caroline St.”
C/S.