ESTEBAN CISNEROS • Pop finísimo y lisérgico desde la ciudad de Vigo.
Martes 3 de junio, 2014.
Hace un par de días un amigo que ha dedicado gran parte de su vida a ensimismarse con discos del rock progresivo más clavado escuchó por primera vez a Teenage Fanclub. Lo único que atinó a decir fue: “¡Qué fuerza!” Que hablara así de uno de mis grupos vitales me hinchó de ese raro orgullo que sólo los Chicos de los Discos pueden sentir y que, viéndolo bien, es un orgullo bastante chafa e inútil: que una recomendación haya calado hondo en alguien más. Y también me dio una envidia gigantesca: qué daría yo por escuchar a Teenage Fanclub por primera vez, de nuevo, y sudar frío, pasmado por lo que sale de las bocinas. Primeras veces así son breves y escasas. Y bonitas, muy bonitas.
Cuidado con lo que deseas, decía la Abuela. Porque sólo dos días después tuve una primera vez. Otra. Una iluminación más producida por el giro de un disco. Ocurrió gracias a que alguien a quien respeto mencionó algo llamado Aries. Y su álbum nuevo, Mermelada Dorada. Lo busqué. Lo encontré. Y me encontré con música que me emociona y hace que mi cerebro corra como el ciclomotor de Marianne Faithfull en Girl on a Motorcycle. ¡Ah, ese outfit de cuero!
Aries es el proyecto nuevo de Isabel Fernández Reviriego (de Electrobikinis y Charade), aunque yo no lo sabía hasta hace poquísimo. De hecho, me dispuse a hacer un ejercicio: escuchar el disco sin saber de qué iba, sin investigar previamente, sólo la música y yo, duelo de vaqueros, pistola desenfundada, bang. Ella ganó, por supuesto. En el track dos ya estaba yo sometido. Sudando frío. Gritando aleluyas y eurekas.
Lo que escuché es pura magia. Es la música honesta y entusiasta de una chica que ha escuchado demasiados discos y que me hace pensar que todos deberíamos enamorarnos de oído. ¡Es que esta es música que haría sonreír hasta al amargo de Bernard Black!
Ella es colores, muchos colores. Es psicodelia que se salta todos los lugares comunes. Es un finísimo pop que, el día que se descuiden, dominará al mundo (ojalá) armado de Rickenbackers, tambores y sintetizadores. Es dulce, pero no es naif. Es lisérgico, pero no anda perdido. Hace que las cabezas vuelen como en Zabriskie Point. ¡Eso es! ¡Lo tengo! ¡Zabriskie Point con Mermelada Dorada de fondo, el súmmum de la perfección pop!
Miércoles 4 de junio, 2014.
Amo escuchar un disco por primera vez. Discos como este, al menos. Mermelada Dorada contiene diez canciones y un larguísimo jam instrumental y pide susurrando (nunca a gritos) una y otra escucha. Y cuando la primera vez es un cataclismo como este, la segunda es crucial. Como en las buenas colecciones de canciones, descubrí cosas nuevas y me sorprendí otra vez. Como si Isabel, que nació en Bilbao pero vive y graba en Vigo, se pusiera a cambiarle cosas al álbum mientras duermo. No dudo que lo haga. Es una maldita genio.
Para mí, es el amanecer de la era de Aries.
C/S.
[…] Julián Goicoa, con la colaboración de Guillermo Portas al bajo e Isabel Fernández Reviriego, de Aries, en la […]