JOSÉ A. RUEDA
FOTO: Gustaff Choos / Limbo Starr
En España nos hemos acostumbrado mal a tener un grupo del calibre de Tachenko, editando discos casi por año, elaborando canciones cada cual más deliciosa y estampando su nombre en carteles de festivales y giras.
Y digo mal, porque pese a que nunca nos fallan, Tachenko continúa siendo un grupo de minorías, cuando por su vida y obra deberían erigirse como la banda indie-pop fetiche de la comunidad alternativa española, tal cual lo es Belle and Sebastian en Gran Bretaña o Yo La Tengo en Estados Unidos.
Formados en Zaragoza a principios de milenio, Tachenko resultan de la disolución de El Niño Gusano (banda clave de los noventa para entender el movimiento indie español), cuando Sergio Algora y Sergio Vinadé tomaron distintos caminos por las rutas del pop. Algora (fallecido de una parada cardiorrespiratoria en 2008) se asoció a Fran Fernández en La Costa Brava, mientras que Vinadé fundó, junto a Sebas Puente, Tachenko.
Si la premisa principal del pop (ya sea el más mainstream o el más under) siempre ha sido y será la búsqueda de la melodía perfecta, Tachenko ofrecen un gigantesco inventario de candidatas en los seis álbumes y cuatro EP lanzados hasta hoy.
El último, El Comportamiento Privado (Limbo Starr, 2015), reúne diez nuevas razones para profesar el credo de los zaragozanos. Diez perfectos ensambles de agradables armonías con logradas estrofas que revelan su incombustible talento en materia de pop.
Ese es el estilo de Tachenko y así lo dijo Sergio Vinadé en una entrevista que me concedió en 2013: “Nos gusta mucho el pop y es lo que nos sale. Podemos llevar una canción un poco para allá o para acá, pero dentro de un camino ya marcado”.
Pese a las casi cien composiciones a sus espaldas, el repertorio de Tachenko sigue destinado a estadios de segunda división. Algo que no les ocurre a otros actores de la eclosión indie, como Nacho Vegas o Los Planetas, con los que Sergio Vinadé protagonizó los orígenes del movimiento.
El zaragozano ya confesó que “Los Planetas son el grupo independiente mas grande que ha habido. ¡Y merecido lo tienen! Nunca hemos querido ni hemos podido competir con ellos. Nosotros estamos en otra guerra. Bueno, de hecho, en ninguna guerra. Nosotros vamos a nuestra bola. Somos un grupo diferente”.
De todos modos, Tachenko logran sobrevivir, no sin penurias, en el oficio artístico: “Yo vivo de la música porque me dedico a la música en otras facetas (tengo una empresa de producción musical, de management), pero no puedo vivir de mi obra como artista”. Las giras de homenaje o las reuniones incompletas no han calentado el hocico de Sergio para rendir tributo a El Niño Gusano por medio de Tachenko.
Vinadé se mantiene firme en sus principios y, por mucha precariedad que viva el mundo indie, ningún puñado de buenos ingresos lo convencerían para recuperar los temas de la banda que compartió con Sergio Algora: “No, no. No tiene sentido. Ya se acabó. Lo hicimos una vez con Sergio cuando estaba vivo todavía. Volvimos a tocar dos o tres canciones. Esa fue la única vez que hemos tocado desde que se acabó El Niño Gusano. Y así se quedará”.
Orfebres de la canción pop, Tachenko llevan más de una década musicando nuestras vidas. Sus versos y melodías nos han acompañado en los buenos y malos momentos, componiendo la banda sonora de nuestro existir. No hace falta seguirles desde el principio ni coincidir con ellos generacionalmente para que esto sea así.
Nunca es tarde para subirse al carrusel armónico y poético de Tachenko y El Comportamiento Privado ya es la sexta oportunidad que nos brindan tanto a los nuevos como a los no tan nuevos en esto del indie. No la dejemos escapar.
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