VANESSA RYBICKI
El grupo de electro-rock francés Shaka Ponk nace en 2003, con la idea peculiar de crear rock “zen, budista pero metalero” y llegó como una tormenta rockera en el paisaje musical francés de 2006, fecha de salida de su primer disco.
El nombre del proyecto viene de la conjunción de “Shaka” (primer nombre de Buda) y “Ponk”, referente a una tribu amerindia, y por supuesto por el lado punk del grupo. Es decir, algo así como un “Padre Punk”.
Compuesto por siete integrantes, uno de los cuales es virtual –el mono Goz–, que por cierto al inicio era el cantante oficial, hasta que un problema técnico durante un concierto hizo que Frah, uno de los líderes del grupo, decidiera tomar el micrófono.
Su música, esencialmente cantada en inglés, enlaza metal, funk, electro y hip-hop con una energía que encuentra toda su expresión durante sus conciertos, particularmente gracias al aspecto tecnológico y a sus visuales en 3D.
Desde que debutaron tienen por meta sorprender a su público, como lo siguen haciendo hasta la fecha, con su más reciente álbum
Evol, en el que el grupo no escapó a la regla pero además demuestra cambios y madurez. El título del disco en realidad se refiere a “Evolución”, pero también a “Love”; dos temas recurrentes en las composiciones del grupo.
Shaka Ponk nunca escondió sus ideas político-sociales, en particular su compromiso con el medio ambiente. Por ello, acaban de presentar un proyecto junto con la Fundación para la Naturaleza y el Hombre, llamado “50 gestos para mejorar su huella”.
Su música y sus ideales son inseparables, como lo mencionan regularmente en la prensa francesa, respecto a su sexto álbum: “Supuestamente somos la especie más evolucionada, pero destruimos el planeta y a las otras especies a una velocidad y con una intensidad jamás igualada… Nos destruimos nosotros mismos constantemente”.
Pero focalicémonos en la dirección musical de este último disco. Desde “Gung Ho”, la primera pista, ya estamos servidos: elementos de hard-rock con referentes más urbanos para llevarnos después hacia sonoridades más electrónicas en “Fear Ya”.
El disco sigue con ritmos alegres en “Faking Love” y con unas pegajosas melodías en “Bunker”. Metal puro con “Wataman”; hip-hop justo después con “Slam & Slam’Ed” y un eco a la triste actualidad con “Wrong Side”… bastante drástico diríamos.
Evol es definitivamente un álbum ecléctico y cargado de energía, que podría necesitar varias vueltas para entenderse plenamente.
El híbrido entre todos estos estilos es interesante, pero no forzosamente accesible a todos los oídos. Aun así, Shaka Punk, sigue siendo una de las identidades emblemáticas del rock francés, con su mascota virtual y sus escenografías alucinantes.
Uno de los grupos imprescindibles del rock francés, tan audaz en sus presentaciones, como en éste, su último disco.