En los años ochenta, el hip-hop empezó a sonar en las radios del mundo de manera aleatoria. Francia –y muchos países más– pensaban que Mc Hammer, Vanilla Ice y Kriss Kross eran lo máximo. Y nadie pensaba que el rap podía existir en otro idioma que no fuera el inglés.
Pionero del rap francés y considerado como un Víctor Hugo contemporáneo, Claude Honoré M’Barali, alias Mc Solaar, se dio a conocer en 1990 con una canción llamada “Bouge de là” (Muévete de aquí) y realizó la primera revolución rapera en la música francesa.
MC Solaar nace en Dakar, pero su familia se muda a Francia durante los primeros meses de su existencia. De más grande, estudió en París la carrera de Idiomas (inglés, español y ruso) junto con la de Filosofía.
Claude empezó más bien con el graffiti, disciplina en la que su tag era “Solaar”, aunque posteriormente se sentiría más a gusto con los libros y las palabras. Solaar lee muchísimo y cada mañana compra todo tipo de periódicos –radicales de derecha e izquierda–para poder “entender dónde está la verdad de la información” y para enriquecer constantemente su vocabulario.
A principios de los noventas, el rap aparece tímidamente en el paisaje sonoro francés. Grupos como NTM o IAM imponen canciones de protesta, duras y realistas. Solaar rapea también sobre la actualidad, pero con un estilo completamente distinto: los samples son más finos, con referencias del jazz y el soul, además de su vocabulario, particularmente elaborado y sus rimas tan impertinentes, que hacen de él un personaje único en el rap francés. Sus canciones se estudian en la escuela y seducen a todos los públicos, por lo que ya es considerado como el último gran poeta francés.
Siete discos exitosos saldrán de sus 17 años de carrera. Después de que abandonó los escenarios en 2007, finalmente reaparece ahora, diez años después, con un nuevo disco llamado Géopoétique, y dejando bocabierta a toda una generación que esperaba con ansias su regreso.
El disco inicia con el sencillo “Sonotone”, la primera de 19 canciones, donde Solaar cuestiona los efectos del tiempo y se burla de sí mismo y de sus 48 años. En “Géopoetique” nos lleva de viaje no sólo por las múltiples ciudades mencionadas a lo largo de la canción, sino por la rima y el flow, con el Solaar que siempre hemos conocido.
“Super Gainsbarre” es un fantástico tributo a Serge Gainsbourg, mientras que “L’attrappe-Nigaud”, parece un extraordinario juego de palabras entre la referencia a la ciudad de Trappes y la similitud entre “nigaud” en francés (torpe) y “nigga” en inglés.
El fenómeno del rap francés regresa como después de un eclipse: más brillante que nunca.