NICO GONZALEZ
Era noviembre de 1997 y al aire de la principal cadena de TV surcoreana estaba el grupo H.O.T., considerado por muchos como la primer idol band de Corea, y una de las fundadoras de lo que sería el K-Pop. En el estudio el ambiente explotaba, y los gritos de lxs fans apenas dejaban escuchar la música y sobre todo esa letra que adelantaba de manera visionaria algo que la generación siguiente de artistas surcoreanos comprobaría. “Somos el futuro”.
En algún lugar del estudio, detrás de cámara, quizá impasible ante tanta energía hormonal, o tal vez totalmente prendido, seguramente haya estado un hombre vestido de traje, perfectamente alineado, con anteojos y cara simpática. Era Lee Soo Man, de 45 años en aquel momento, fundador de SM Entertainment, la compañía disquera y agencia de talentos que había creado siete años antes, y que hoy es EL sello por excelencia de K-Pop.
H.O.T – We are the future (MBC Top Music 22/11/1997)
A lo largo de su vida Lee tuvo dos pasiones: la música y la ingeniería. Aunque no necesariamente en ese orden. En 1971 había debutado como cantante, actividad que realizó siempre en paralelo a sus estudios de ingeniería en la Universidad Nacional de Seúl. Sin embargo, como un escritor escribe, un innovador innova, y en 1979 Lee formó 이수만 과 365일 (Lee Soo Man y los 365 días), la primera banda coreana de heavy metal.
Pero el affaire de Lee con el rock finalizaría rápido. En 1980 Chun Doo Hwan llegaba a la presidencia de Corea del Sur tras ganar una elección en la que era el único candidato. Con él llegó una política de fuerte censura, y esto persuadió a Lee de abandonar la música y a dedicarse de lleno a su pasión principal. En 1981 se muda a California para realizar una maestría en robótica.
Sin embargo, estando en los Estados Unidos Lee experimenta de primera mano la revolución del entretenimiento en los medios de comunicación de la década del ochenta, y poco a poco se va convenciendo de que hay un potencial comercial muy grande en ese campo en Corea.
Habiendo finalizado su maestría, Lee regresa a Corea y comienza a trabajar como presentador de radio y TV, y también ocasionalmente como DJ. Poco a poco iba craneando una idea que recién terminaría de definir en 1989, cuando funda SM. Con esa empresa Lee daría vida a la primer camada de artistas K-Pop, como H.O.T, S.E.S y Shinhwa, éxitos rotundos de mitad y finales de los noventa, con los que afirmaría su visión de que existía toda una industria por explotar en el campo del entretenimiento.
Ya en este siglo, y con SM Entertainment cotizando en bolsa, vino la nueva ola de grupos, las alianzas con China, Taiwán y Japón, los compilados SM Town y también los primeros juicios por contratos esclavizantes. En el mundo Lee Soo Man cuenta tanto con fuertes detractores que lo señalan de aprovechador, como con defensores que ven en él a la figura que creó a los ídolos más grandes de ese país.
Lo cierto es que lo que arrancó como un emprendimiento de inversión inicial de US$ 170 mil, se convirtió en el sello líder de Corea y en la referencia mundial obligada del K-Pop, una empresa que factura millones al año, representa grupos, pero también actores y actrices, produce y forma artistas desde la pubertad a través de su academia propia, posee vínculos comerciales y oficinas en varias partes del mundo, y febriles seguidores. Nada mal para un chico de Seúl que quería fabricar robots y tocar la guitarra.
Aquí la última e impactante conferencia de Lee Soo Man, de febrero de 2016, en la que explica el futuro de SM como compañía, y adelanta la creación de varios sub-sellos, uno dedicado al EDM con el cual realizarán también un festival, la alianza con una agencia de modelos, varias aplicaciones para celulares, e incluso un programa de lanzamientos (¡ya programados!) para los próximos años.