La primera vez que vi a Quemarlo Todo Por Error en vivo, definí su propuesta como un lo-fi bien hecho. Es por eso que, a una semana de haber estrenado su álbum debut, me permito recomendarlo.
Aquella primera impresión, siempre tan importante, fue bastante acertada. Y lo digo por el hecho de que, muchas veces, aquellas propuestas que le apuestan al lo-fi –término a veces tan descontextualizado– me generan cierta atracción, y me dejan con ganas de escuchar un poco más de aquello que tienen para mostrar.
En agosto de 2017 escuchamos su primer EP titulado Wow Tú, con dos canciones que, además de presentar una mejora a nivel de producción, respecto a un primer material que el cantante de la banda había mostrado tiempo atrás, dejaban entrever el nuevo rumbo que el proyecto estaba tomando.
De ahí se desprenden “Imaginaria” y “Ey Nena”, dos cortes que en su composición demuestran cierto acercamiento al sonido pop, pero con ciertos matices que se acercan al emo respecto al twinkly de sus guitarras (el cual resulta ser uno de mis elementos favoritos en su música).
La banda, integrada por Juan Felipe Ávila (bajo/coros), David Fontecha (batería), Santiago Molina (voz/guitarra) y Juan Pablo Rocha (guitarra), no puede ser definida dentro de un solo género. Sí, hablé del lo-fi, pero ese es apenas el punto de partida para la cantidad de texturas que su música presenta. Si en Wow Tú lograron acercarse a su público, con su debut establecieron una conexión definitiva.
Cuánto más Hemos Perdido (Yo Ya Perdí la Cuenta) es el título de la primera placa de estudio que la banda presentó el pasado 19 de enero. Compuesto por siete canciones, este álbum genera una sensación de proximidad con el público gracias a la transparencia de sus letras (quizá, influenciadas por bandas como Patio Solar, de Chile y Tobogán Andaluz, de Argentina) y por el dinamismo de sus guitarras, siempre tan experimentales, pero al mismo tiempo tan próximas al sonido de algunas bandas del sello Laptra (Argentina), y por la manera en las que la base rítmica se siente como pieza fundamental de las canciones (en especial en “Bien colocados”).
En lo personal, las mejores canciones del disco, además de aquellas que presentaron en su primer EP, son: “Bien colocados”, “En realidad quiero escapar” y “El tiempo perdido”, por ese reflejo de la ‘escena’ en la que nacieron, han crecido y desde hace un muy buen tiempo vienen desarrollando su música.
Por lo demás, esta es una de las bandas que, durante este año, podrían dar mucho de qué hablar.