Los bogotanos Cruel Cruel son parte de una nueva camada de bandas que destacan por su trabajo, dedicación y esfuerzo a la hora de componer música, y cuyo EP debut probablemente les valdrá bastantes reconocimientos.
La manera en que llegaron a mis oídos fue curiosa: alguna vez, mientras escuchaba música, y seguía ese recorrido que muchas veces las plataformas nos proponen, llegué hasta una canción llamada “Children’s Play”, que sonaba a algo de post-punk, con ciertos matices surf, y esa marca indie que inmediatamente, me atrajo.
Lo mismo ocurrió con “Prozak”, sencillo que también tenía un riff playero, pero que al mismo tiempo jugaba con algunos matices psicodélicos, y que dejaba ver cierta influencia de bandas como Sonic Youth (respecto a la experimentación sonora) y Joy Division, por esa carga musical introspectiva que envuelve la canción.
A partir de esas dos canciones me hice una imagen mental sobre lo que esperaba descubrir en su EP debut, Submerso: ese sonido melancólico, pero al mismo tiempo dinámico/sentimental, que se construye canción a canción.
El disco se siente como algo acuático, algo que de verdad está guiado, de alguna forma, por su título. Submerso cumple esa función de mostrar la manera en la que fluctúan una a una las canciones, no sólo porque son las primeras que hacen como banda, sino porque reflejan con total transparencia lo que quieren transmitir.
La grabación va más allá de la música y se convierte en un mecanismo de expresión en el que cada elemento es una conjunción de experimentos sonoros y sensoriales.
Decía Heráclito que “ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río”, y Submerso es eso: una cascada que vemos correr y que sabemos a dónde llega, pero que nos deja a la espera de lo que puede haber después de su caída, de su flujo, de las nuevas aguas que van detrás.
Con este EP, Cruel Cruel comienza a construir su sonido y nos muestran que mucho más está por venir.