NICOLÁS GONZÁLEZ
Desde hace algunos años Violeta Castillo viene fabricando un universo mediante sus canciones. Y este universo podemos describirlo en tres términos: fino, delicado y fantástico.
Fino en cuanto a su producción, ya que toda la obra de esta cantautora presenta un trabajo cuidado y detallista en cuanto a sonido y fusión de ingredientes. Por ejemplo, en Uno y Otro (sus dos mini discos debut del 2011) como también en el EP Horizonte, la artista deja ver su interés por la canción de carácter folk, pero sumando arreglos y texturas electrónicas de una manera muy prolija.
Delicado refiriéndonos al matiz de sus canciones, ya que las sensaciones transmitidas abarcan una gama que oscila entre la tranquilidad, la armonía y el ensueño, aunque las letras pueden estar refiriéndose a cuestiones más tormentosas.
Esto se nota en la cuestión de que, uno escucha los discos enteros de Violeta Castillo, y no sale cansado. Por el contrario, la experiencia es relajante y sumamente placentera. Quizás por una suma de factores, que incluyen el hecho de que sus álbumes no superen los cinco tracks, y, como dije, todo parece envuelto en una atmósfera amistosa.
Y por último fantástico, ya que las letras poseen una pizca de “realismo mágico”. Detalles que nos dicen una cosa, pero pueden decir otra. Personajes que podríamos ser nosotros mismos, pero que a la vez se mueven en un mundo de fantasía que pareciera transcurrir en la mente de Violeta.
Esta unión de componentes –lo correcto, sensible e imaginativo del universo creado por Violeta Castillo– recuerdan a experiencias de grandes picos del pop argentino, como podrían ser los discos solistas de Gustavo Cerati o más atrás en el tiempo los de Rosario Bléfari.
En 2013 Violeta Castillo lanzó Hasta Abajo a través del sello Estamos Felices, y el mismo es otra prueba de la sintonía de cierto sector de la no-escena indie argentina con el Nuevo Pop Chileno, haciendo que podamos ubicar a Violeta Castillo como parte del combo integrado por artistas como Dënver, Gepe o Javiera Mena.
Violeta Castillo – Hasta Abajo
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