NICOLÁS GONZALEZ
Ya los había nombrado hace más de un año, en el reporte de Ministerio de Energía, cuando hablamos sobre la nuevas formas que el rock argentino viene adoptando, en gran medida por la inclusión de -más o menos- tecnología dentro de las formaciones, aunque también debido a que el rock no es estático, y las maneras cambian.
A muy groso modo, vomitar en el escenario mientras la guitarra, el bajo y la batería se funden en un ruido arrasador, ya no es rock, sino más bien una parodia de lo que en algún momento fue. Está más que claro que el rock podría dar por superada su etapa anti belleza, por lo menos hace 15 años.
En ese sentido, el primer disco de La Mucama Mental me supone una reafirmación en cuanto a la búsqueda de la belleza, pero me sorprende en cuanto a su diferenciación de lo que el año pasado suponía ese concepto de belleza.
Miss Universo – La Mucama Mental
Menos indie y más espacial, Astrodomo tiene apenas un mes, y si bien el grupo ya había tocado algunas piezas en vivo durante 2014, todos los tracks han sufrido variaciones notables.
Adrián Garbagnoli compone e interpreta las canciones con un encanto comparable al del icono pop Federico Moura, y no exagero, hay que verlo en vivo. El resto del grupo, mientras tanto, opera como centro de operaciones sutil y elegante, firme y conciso, en una particular unión de rock nacional clásico y rock anglosajón contemporáneo.
Astrodomo – La Mucama Mental (SPD Records, 2015)
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