NICOLÁS GONZALEZ
En la ciudad de Buenos Aires siguen apareciendo proyectos que encajan en la etiqueta #PostInternet. Esta vez toca el turno a ETILE, un proyecto de esta ciudad, liderado por Jonatan Morel.
Morel, quien intercala la fotografía, el video y la actuación ahora también con la música, igual aplica como otra de las características inherentes a la no-escena digital argentina actual, por la “multidisciplinariedad” de sus actores.
Ya es común ver sobre el escenario menos músicos y más artistas, lo cual personalmente considero genial, ya que entienden la música de una manera mucho más amplia que los músicos de formación musical clásica, que deben lidiar con los criterios restrictivos, donde las reglas son las reglas y ya están escritas, y donde el objetivo se encuentra en construir piezas casi “matemáticas”.
En paralelo, proyectos como ETILE, al igual que otros que hemos recomendado aquí como Hiroshima Dandys, SINUX, o Astrosuka, tienden a configurar una “matemática” alternativa, donde 2 + 2 no es necesariamente es 4, y donde se fuerzan “situaciones” que un músico de conservatorio no grabaría, simplemente porque “suenan mal”. (NA: Estoy generalizando).
Hacer algo “bien” de algo que está “mal” me parece uno de los puntos más destacables que, sin querer, está logrando esta no-escena, y en ese sentido, Our Imaginary Friend, editado por SPD Records hace un mes, me parece uno de los lanzamientos más destacados en lo que va del 2015 junto con el de Hernán Martínez que recomendamos la semana pasada.
La unión de géneros como el hip-hop y el dance, con elementos más actuales, que rozan la escena glitch y la synthwave, hacen de ETILE uno de los proyectos más interesantes para ir a ver en vivo.