ESTEBAN CISNEROS • El sonido de la disciplina y la fijación con ciertas sonoridades y canciones; decir que tienen influencia del rock pasado es simplificar y perder el hilo.
El año del caballo comenzó raro: con un fin de semana malévolo. Y, para no sucumbir a un ataque de ansiedad, hubo que acudir a los amigos que nunca fallan. Los de carne y hueso estarían disponibles hasta la noche; era mediodía y había que acudir a los otros amigos: los discos.
Así que, en un desplante robfleminesco, me puse a reorganizar mis discos, a sacarlos, a poner singles uno a uno. Pero entre el ordenar y desordenar, me pareció en cierto momento más práctico poner la computadora en shuffle.
Comenzaron a sonar algunas cosas conocidas y algunas olvidadas. Buffalo Springfield, por ejemplo, a quienes tenía mucho sin escuchar, y los Byrds, que son de cabecera; Karen Dalton, que siempre me pone la piel de gallina y Fairport Convention, que depende del humor los amo o los ignoro. Yo seguía revisando estantes y desempolvando carátulas cuando comenzó a sonar algo que no estaba nada fuera de lugar pero que no recordaba con claridad. ¡Trivia! ¡Claridad mental, so pazguato! ¿Quiénes son? ¡No puede ser que se te olviden los nombres!
Me acerqué a la pantalla del ordenador, tras dejar en el suelo una pila de discos. Y me cayó el veinte. No era un grupo viejo. Era Quilt. Y era un disco novísimo: Held in Splendor.
Quilt es un grupo de chavales bostonianos que crecieron, seguro, escuchando discos de todos los anteriormente mencionados. Digo eso y no bobadas del tipo “llegaron en una máquina del tiempo” porque aunque suenan a ese folk pastoral pero entradísimo en lisergia, a la vez suenan y se ven muy de hoy. Así es el mundo.
Held in Splendor es su segundo LP y segundo que editan con Mexican Summer. Hay tres mentes y seis manos detrás de ese ruido; surgieron de las escuelas de arte, de los cafés, del intercambio de cintas y CD-R’s, y aunque parecen muy conscientes de ellos mismos, tienen un sonido biruje y cencido, lleno de armonías y arpegios.
Hacen honor, y vaya, al nombre. Quilt suenan a lo que se llaman. Y ya pensé en dos o tres chicas con peinado de hongo que conozco a las que sé que les va a encantar.
Este es el sonido de la disciplina y la obstinación, de la fijación con ciertas sonoridades y canciones; decir que tienen influencia del rock pasado es simplificar y perder el hilo. Tal vez esta es la música del futuro, quién sabe. La historia es una rueda, ya lo decía Boecio, y los ciclos deben cumplirse. Tal vez lo que estaba detrás de nosotros ahora está adelante. En cuanto a lo mío, quité el shuffle y me puse a darle vueltas a Held in Splendor. Una y otra vez.
C/S.
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