ESTEBAN CISNEROS
Aún no sabemos mucho de él. Mientras tanto, hay que reivindicar sus canciones.
Hay un tipo de historia pop que me gusta mucho: la del músico olvidado pero reivindicado con justicia tiempo después. Nick Garrie, Sixto Rodriguez, Little Ann, Marie “Queenie” Lyons, Charles Bradley e incluso Arthur Lee y Love. Son situaciones de suerte o destino o qué se yo en las que, por fin, el artista encuentra a su público y el público a su artista. Son historias que conmueven. Y que, además, están de moda.
Todo indicaba que la historia de un tal William Onyeabor se alinearía con los casos anteriores. Debía. La música de Onyeabor, el orate del pop nigeriano, lo merece. Es una maldita locura, un funk llegado del espacio, sintetizado, desquiciado. Es lo que esos grupetes de afrobeat moderno jamás lograrán. Pero el mundo es raro.
Hace unos cinco años, el sello Luaka Bop se dispuso a desenterrar y reivindicar de una vez por todas las tremendas grabaciones de este loco nigeriano que hizo varios discos entre 1978 y 1985 (su grabación “Better Change Your Mind” ha aparecido en algunas recopilaciones en los últimos años.) Parecía que era cuestión de días para dar con información, hablar con Onyeabor en persona y demostrarle al mundo cuánto se había equivocado al ignorarlo. Pero no era tan sencillo.
William Onyeabor es una leyenda… Literalmente. Hace unos años, sin internet, era imposible saber de él. Corrían rumores, claro; sus discos son demasiado buenos. Hoy, a pesar de todo, se sabe muy poco. Los de Luaka Bop pudieron contactar al fin con Onyeabor, pero ni él ni su círculo cercano están dispuestos a hablar: son born again Christians, devotos escapando de su pasado. Tras todo este tiempo, no hay datos, sólo mitología.
¿Quién en el mundo es William Onyeabor? ¿Un músico genial, un extraterrestre? ¿Un cineasta de vanguardia que estudió largo tiempo en Rusia? ¿Un empresario? ¿Un jefe tribal? ¿Un buenviaje de LSD en la imaginación de alguien? ¿Una proyección? ¿Un tipo listo que está planeando un comeback épico como sus canciones?
En esta ocasión toca reivindicar la música, no al músico. La recopilación Who is William Onyeabor? ya gira en montones de tocadiscos alrededor del mundo. La verdadera vanguardia ocurrió hace treinta años, en África. Es hora de darse cuenta.
C/S.