CARLOS CELIS
Es para indignarse. Ya pasadas varias horas, se puede hacer una evaluación y concluir que lo que le pasó a tanta gente por la cancelación a última hora y la eventual reposición del festival Ceremonia fue indignante.
A muchos podría no importarnos, porque no fuimos o no queríamos ir. Pero eso no evita que el hecho, lo que sucedió, sea indignante a muchos niveles: Habla de la indolencia que está ahogando a nuestro país, de las diferencias sociales, de la estupidez y de la pretensión que existe por parte de quienes creen que por pagar la entrada a un estilo de vida ya pertenecen o son más aceptados. Y no hay nada más lejos de la realidad.
Me indigna porque, sin proponérmelo, llevaba varios días recordando lo que sucedió en el Vive Latino hace algunos años, cuando se presentaron Cristian Castro y Laura León, sin que nadie se quejara, y aún con tono sarcástico e intención de divertir, me burlaba de las actitudes de la gente en un mes lleno de conciertos y festivales. Y dije: Ojalá que cada vez más gente ya no se deje… Pero no imaginé que tendríamos que ver otro fiasco de ese tamaño antes de terminar la semana.
#ceremoniaendomingo pero sin M.I.A y Beach House 🙁 así que chiste
— Gabo (@yung4lien) April 2, 2017
SÁLVESE QUIEN PUEDA
Yo en el amor. #ceremonia2017 pic.twitter.com/1vrGgUvnpi
— La Cabrona de Tepito (@UnTalFerguson) April 1, 2017
¿Qué es lo sorprendente? Decir que lo más chingón de un evento es que cerró con Underworld tocando “Born Slippy” es una tontería monumental. Es nostalgia pura. Y con Trainspotting 2 en cartelera, ni más ni menos. Es no saber que ese par de señores andan paseándose por el mundo con los beats de Darren Emerson, quien los dejó hace 17 años.
Pero el país está tan resquebrajado, que lo único que importa es evadirse, “ir de fiesta”, “pasársela bien”… Y claro, se vale. ¿Pero a costa de qué? De no solidarizarse con los que también querían vivir ese ratito de liberación, ese respiro, esa inspiración, esa música y oportunidad de convivir con los demás. ES REAL. No son bots de redes sociales. Mucha gente gastó sus ahorros o se endeudó; vino de otras ciudades, pagó transportes, hospedajes, boletos, pulseras y hasta chupe y drogas. La diferencia es que ellos no son tan privilegiados como para hacer ese mismo gasto dos veces, en menos de 24 horas.
EL FESTIVAL LO HIZO MAL
Pero entonces, ¿cuál es el verdadero problema? Que EL FESTIVAL LES QUEDÓ MAL. A ellos y a todos, aunque a muchos no les importe. EL FESTIVAL lo hizo mal, porque no les dio la oportunidad de decidir quedarse; les dijo que se canceló y luego lo reprogramó cuando muchos ya habían tenido que tomar la dura decisión de irse, incluso a sus ciudades y/o países. ES REAL. NO ES UN MITO DE INTERNET.
@CeremoniaXXX Queremos nuestro reembolso #ceremonia2017 #CeremoniaEnDomingo
— Jim (@MasSourQueSweet) April 2, 2017
El sábado todos se lamentaban perder la oportunidad de escuchar a Björk en vivo, pues es exactamente eso lo que toda esta gente sigue experimentando ahora, las ganas de haberla escuchado, con la diferencia de que SÍ SE PRESENTÓ y muchos que sí compraron su boleto ya no pudieron verla. ¿Por qué? No porque “se fueron”, no porque “hicieron un berrinche”… Sino porque un FESTIVAL les quedó mal y porque nadie fue solidario con ellos.
LA COMPLICIDAD DE NO QUERER ‘METERSE EN PROBLEMAS’
De algún modo, quienes sí fueron a la reposición del festival el domingo fueron cómplices. Y entre esos cómplices también están los artistas, los medios de comunicación y todos los “amigos” corporativos que no quieren meterse en problemas ni perder el favor de una compañía como OCESA. A mí cuando menos ya no me quedan ganas de volver a escuchar a Björk.
Se entiende, no me tomen por ingenuo, que un esfuerzo como el de sacar adelante un evento tan caro y ambicioso, también es digno de reconocimiento. Pero en el lado opuesto, el de la economía y el negocio. Ahí sí se trata de tomar bandos. Si estás con la productora del evento, si tu empleo depende de ello, si es para la salud de la industria de la música y su relación con los medios de comunicación. Si es por la economía del país, el turismo, los espectáculos, si tú eres de los que sí pueden pagar un boleto, no una, dos, tres, mil veces por tu diversión; si tú eres el artista, estás en el line-up, o tus amigos están trabajando… Ok, ese es el bando que verá por sí mismo y por la inversión (y futuro) que hay que salvar.
Yo creo que es más honroso cancelar definitivamente el #ceremonia2017 que reprogramarlo pal otro día. #nomamen.
— Chino (@chinopuntocom) April 2, 2017
NO HAY UNA ELECCIÓN, AUNQUE LO PAREZCA
Así es como se hacen ejércitos. Así es como se dividen pueblos. Los incondicionales de un festival (como los fans de cualquier cosa) siempre creerán que pertenecen solo por hacer de ese el evento de “su elección”. Cuando no hay tal elección. Se portarán como si fueran de su familia cuando no son nada de ellos. No les están regalando los boletos, no tienen membresía de esa familia. Pero la defenderán con uñas y dientes, porque han quedado marcados emocionalmente, porque creen que las experiencias vividas ahí justifican algo. Pero no hay tal elección, porque detrás de prácticamente todos sus festivales favoritos, foros de música y conciertos más esperados está la misma compañía: OCESA. Esa familia a la que -casi todos- ustedes no pertenecen, aunque vayan y le den todo su dinero.
Si Ceremonia falla, y como está asociado con OCESA tras el trabajo de años de Sicario, pues entonces la gente dirá que la culpa es de Ceremonia y de Sicario. Y no hay problema. OCESA se mueve a lo que sigue y Ceremonia queda hecho mierda. Así que en realidad no le están haciendo ningún favor a su familia adoptiva de Sicario, si es que es el caso.
Lo importante es no formar bandos, ni ayudar a armar ejércitos de gente inconsciente. Háganse respetar. No paguen el doble, denuncien. Por favor: ya no se dejen ver la cara.
#Ceremonia17
Al parecer sólo fuí a orinar a Toluca— Alethia Montalvo (@AleMontalvoGlez) April 1, 2017