ESTEBAN CISNEROS
¿Era necesario un disco nuevo de los Beach Boys? No, no lo era. Pero qué bueno que existe. Porque, carajo, es bueno.
Brian Wilson vuelve a ser la cabeza y el alma de un grupo que más que Beach Boys es Beach Granpas y que había perdido el rumbo penosamente.
Mike Love ha entendido, al fin, que lo que el público ama (aún) es ese sonido Pet Sounds. Si el grupo iba a reunirse en su versión más pura (sin los fallecidos hermanos Carl y Dennis Wilson, pero con Brian, con Love, con Al Jardine y Bruce Johnston, todos miembros originales) no había de otra: Las canciones surf facilonas tendrían que quedarse para el show en vivo.
Porque That’s Why God Made the Radio es un disco de pop barroco muy clásico, muy del pasado, muy melancólico. Y está bien. Para esto es que Dios inventó la radio, qué putas: Para canciones bonitas, llenas de armonías vocales, pequeñas sinfonías sobre amor, sol, chicas. ¿O ya se te olvidó cómo era el Siglo XX?
¿Entonces este disco es uno más del interminable mercado de la nostalgia? Sí. Lo es de inicio a fin. ¿Entonces hay que desecharlo? Todo lo contrario. Te diré. ¿Recuerdas Kokomo? Por favor, una de las peores canciones no sólo de los Beach Boys, ¡una de las peores canciones que existen!
Pues mira, That’s Why God Made the Radio es todo lo que Kokomo no es. Es lo más elocuente que puedo decir. Ojalá todo el mercado de la nostalgia musical fuese como That’s Why God Made the Radio. Los Beach Boys pueden, ahora sí, decir adiós tranquilos.
Atentos a…
“That’s Why God Made the Radio”. Primer single de adelanto del album, con todo lo que hizo a los Beach Boys grandes en primera instancia. Me recuerda a Surfer Girl, inevitablemente.
“From There to Back Again”. Para romper a llorar. Si me dicen que es un outtake del Pet Sounds lo creería. Ella sola vale el disco entero.
“Strange World”. Una canción sólida que ya quisieran escribir muchos de los folkitos que pululan por doquier con sus barbitas fleetfoxianas. De veras.
C/S.