ESTEBAN CISNEROS
Música y calle: Young Soul Rebels
La cinta (1991) de Isaac Julien está lejos de ser una película de la que hablen los libros de Taschen y los sitios snobs que reseñan Cannes y los Oscares. Por eso, precisamente, es una película que lo vale. Va sobre unos chavales negros y homosexuales en 1977, año del punk según todos, pero que están metidos en un rollo soul del que nadie los saca. Ya se dijo: No hay que creerle todo a NME.
Philly soul, lovers rock, P-funk y disco eran la real contracultura de 1977. El punk, claro, estaba muy bien pero no era lo único; sí era, sin embargo, lo único de lo que podía aferrarse The Man, el puto mundo enfermo, para asimilarlo al Sistema y convertirlo en inofensivo.
¿Qué es hoy de los punks? ¿Qué es hoy de los soulies? Vaya comparación. Uno no creería que eso pasaría en 2012, el año de la hecatombe, pero sí. A la hecatombe sobrevivirán unos y otros no; algo es seguro: no sobrevivirán con seguritos (o imperdibles) y mohicanos a lo Travis Bickle, se necesita más que eso. Se necesita un poquito de alma.
YSR,un título que de inmediato remite a Dexys Midnight Runners (¿el mejor grupo que ha existido?), se hace de una frase tan poética que duele. Jóvenes. Rebeldes. Del Soul. La santísima trinidad, la de verdad, no por la que los del Opus Dei y los pelmazos del Yunque acarician a puñetazos a los demás en la calle (si aparezco muerto misteriosamente o golpeado hasta reventar de nuevo mi pulmón, ya saben quién es responsable.) La Santísima Trinidad: Jóvenes, rebeldes, música soul, negra, profunda, excitante, lujuriosa, clandestina, corrosiva. VERDADERA.
* Publicado originalmente el 1 de junio de 2012 en El Heraldo de León.
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