ARTURO URIZA
Tan esperados como sus propios filmes son los soundtracks de las cintas de Jim Jarmusch. Siempre una cuidadísima selección musical acompaña cada una de sus películas y nada, nunca, es accidental; todo está quirúrgicamente diseccionado y posteriormente adscrito.
Ejemplos hay montones, y cada uno nos demuestra la singularidad y amplio conocimiento de Jarmusch en terrenos musicales. No es de extrañarse viniendo de alguien que creció en una escena próspera y experimental de Nueva York, y que además de su trabajo fílmico se ha inmiscuido también en la producción sonora.
Desde el ethio jazz para Broken Flowers hasta el drone de Sunn O))) y Boris para Limits Of Control; desde el rap más gansteril en Ghost Dog, hasta el rugoso Tom Waits de Night On Earth, el cine de Jarmusch, como su gusto musical, siempre es heterogéneo, y dentro de las múltiples variaciones su constante es la de crear un ambiente idóneo para cada encuadre, momento y secuencia.
Así que Only Lovers Left Alive no es la excepción. El soundtrack navega por la oscuridad, tanto retóricamente como literal. Y sorprende la integración de dos tracks del funk más blaxploitation posible: “Trapped By A Thing Called Love”, de Denise LaSalle y “Soul Dracula”, de Hot Blood.
La selección, a priori, muestra un total cinismo referencial, ya que es bien sabido a estas alturas que su filme aborda los conflictos de una pareja de vampiros, cosa que bien podría caer en el simplismo hollywoodense, pero que viniendo de Jarmusch pinta más como analogía a conflictos más complejos.
La integración de Hal de Yasmine Hamdan otorga una sobriedad y misticismo gélido que sólo hace que se desee profundamente contemplarla sobrepuesta a una escena inolvidable. El espectro de sonidos y su perfecto balance pop permite que una pieza como “Caprice No.5 In A Minor”, de Paganini, se mezcle perfectamente con el contexto y navegue entre sonidos psicodélicos como los de Wanda Jackson, o la San Franciscana “Red Eyes and Tears”, de Black Rebel Motorcycle Club.
Por supuesto, el sonido oriental domina parte de la selección. Como ejemplo perfecto está la inclusión de Kasbah Rockers, eso sin impedir que piezas disonantes como “Under Skin Or By Name”, de White Hills aparezcan también. El buenazo de Charlie Feathers también se cuela con “Can’t Hardly Stand It”.
Ahora sólo queda esperar a que la película sea estrenada y ver cómo se utilizó cada uno de los temas seleccionados.
–