CRISTHIAN SILIS
Con uno de los peores audios que hemos escuchado en el Palacio de los Deportes de la capital mexicana, pero en una presentación que fue de lo más emotiva, Morrissey regresó a este país para ofrecer un show que abrió con su éxito más popular en México, “Suedehead”.
Todo pintaba para que fuera una noche épica, y de algún modo lo fue. Más que de las canciones, quiero destacar algunos de los momentos que se vivieron ahí, siendo el más memorable cuando se empezaron a proyectar en pantalla distintas imágenes de la crueldad en los rastros y del tratamiento que se le da a la carne y a los animales.
La gente quedó en shock, haciendo que incluso los miles de teléfonos celulares se apagaran por unos instantes. El británico nos dio un puñetazo directo en la cara y dejó al público reflexionando, para después acariciarnos con otro hit.
Al salir por una cerveza pregunté al personal por qué no había meseros dentro del foro, y me dijeron que fue el artista quien pidió que no hubiera gente vendiendo nada adentro. Así que además de la falta de carne, también escaseó la bebida.