Un poco de la experiencia de vender vinilos en línea.
MAURICIO ESPARZA OTEO
Nunca ha sido fácil vender discos, por lo menos para mí que no tengo vena. Es muy fácil rematarlos, pero cuando los quieres ofrecer en lo que los valoras o en su precio real, puede ser complicado.
Lo hice por necesidad allá en la adolescencia, cuando entré en un periodo donde no tenía un peso y me dediqué a vender mis vinilos en el Tianguis del Chopo de mano en mano; incluso llegué a comprar algunos baratos para revenderlos y ganarme unos pesitos.
Sin embargo, hace poco me surgió la inquietud de experimentar y convertirme en vendedor de Discogs.com, el sitio donde paso un buen tiempo buscando y comprando.
Otra cosa importante para mí, ya que paso mucho tiempo escudriñando en este sitio, es subir algunos artistas que no existían ahí; por ejemplo, algunos vinilos de colección de rock mexicano, como Enigma o Mistus, o cosas muy bizarras y totalmente desconocidas de México o de artistas un tanto más locales, como por podría ser Capulina, porque quiero que en ese mundo descomunal también tengan presencia artistas y discos de culto locales, que pian pianito ya he ido subiendo.
Comencé con vinilos que tengo repetidos. El primero que me compraron fue el Disco Aventura, de Burbujas, que contiene una de mis canciones favoritas: “Popotito 22”, que tenía repetido tres veces. Obviamente me quedé con los que están en mejor estado y que tienen el inserto original, y vendí el que no estaba en óptimas condiciones. En cuanto lo subí, se fue a Inglaterra a un precio de 800 pesos (más envío) y el tipo que me lo compró después me calificó como: Great speedy response with a marvellous cult LP.
Con el dinerito que me cayó cortesía de Burbujas, ahí mismo compré un vinilo que desde hace tiempo andaba rastreando: el Absolutely Free, de Frank Zappa, en una edición preciosa de la época y en perfecto estado.
Por supuesto, no todos los LP tienen valor; algunos que crees serán carísimos resulta que se venden en menos de un dólar. Hay que averiguarle y tener intuición para saber cuáles pueden ser atractivos para otros coleccionistas. Por lo pronto, yo estoy subiendo de todo un poco; me sorprenden los discos que se mueven ahí y la rapidez de venta que tienen el sitio. También, por supuesto, estoy subiendo todos los CDs que ya no me interesan y algunos casetes.
Ahora bien, en este tipo de cosas siempre hay reglas. De entrada, Discogs se queda con el 8% de la venta. Otra cosa importante es que tienes que ser responsable; estar dispuesto a hacer todo lo que implica la venta, como cotizar en Correos de México cuánto cuesta mandar por paquete, por peso, a equis lugar del mundo, y una vez aprobado el costo y que el comprador te haya pagado (vía PayPal en mi caso), empaquetarlo bien, etiquetarlo correctamente y finalmente enviarlo.
Rápidamente te vuelves un vendedor experimentado; luego, luego aprendes mañas (no les diré las mías), y así comprendes un poquito más de lo que es este brutal mundo de los vinilos el día de hoy.
* Mauricio Esparza Oteo de Icaza es publicista, diseñador, creativo, escritor, ilustrador, DJ, melómano, pepenador de vinilos y anexas.
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