Una edición de Échate un Cantecito que llegó a México, coincidiendo con la visita del músico.
MAURICIO ESPARZA OTEO
Kiko Veneno es un pilar de la música popular en España. Un dato que nos ayuda a entender su trascendencia es la lista publicada por la prestigiada revista española Rockdelux, titulada “Los 100 mejores discos españoles del Siglo XX”, donde el primer lugar lo ocupa el primer álbum de Kiko, titulado Veneno (1977), que fue un trabajo ignorado a su salida y a la fecha poco valorado, donde combina de manera magistral el rock y el flamenco; un disco simplemente imperdible para los aficionados o profesionales a la música y una escucha obligada para cualquier guitarrista.
Antes que músico lo considero un letrista –él como formación inicial estudió Filosofía y Letras–; siempre utiliza un lenguaje coloquial, sensual y explícito, por momentos incluso elemental, con el que nos platica sobre cosas trascendentes de la vida.
Seguramente sus líneas más famosas las escribió en “Volando Voy”; canción clásica de la cultura española, cuya primer versión la cantó Camarón de la Isla, en su álbum La Leyenda del Tiempo (segundo lugar en la lista mencionada de Rockdelux) y después ha sido versionada por varios músicos que van desde Manu Chao hasta Jorge Drexler.
Escuché por primera vez a Kiko Veneno a principios de los noventas, cuando Quique (Café Tacvba) me trajo el CD de Échate un Cantecito (1992) de su primer viaje a España.
Inmediatamente se convirtió en uno de mis discos de cabecera, no sólo porque es considerado una obra maestra del pop español, sino porque (lo más importante) se compone de canciones entrañables.
Hace pocos días me llegó un paquete de vinilos de España, donde la joya de la corona era justamente Échate un Cantecito, por lo que por fin lo puedo tener como Dios manda: en vinilo. Es un LP que no es nada fácil de ver en México, incluso en España es un ejemplar muy valorado, ya que sólo existe la camada original de Animal Tour / RCA y nunca se ha reeditado en este formato.
Un par de días antes de la llegada de mi paquete me enteré de que Kiko Veneno vendría a México, por lo que aumentaron mis ansias por que llegara el dichoso acetato. Así que todo se fue dando para tener un reencuentro con un artista que forma parte del soundtrack de mi vida. Obviamente fui a su tocada, donde con pocas canciones dejó en claro su alcurnia en el escenario, terminando con “Volando Voy”. Ah… ¡cómo lo disfruté!
Ya para cerrar el círculo, lo conocí en los camerinos, donde junto con sus músicos comenzó a cantar canciones rancheras. De pronto ya se querían ir a Garibaldi, pero yo ya no les seguí la fiesta. Eso sí, me comporté a la altura, tomándome fotos con él, porque eso es lo que normalmente hacen los fans con sus ídolos.
Mauricio Esparza Oteo de Icaza es publicista, diseñador, creativo, escritor, ilustrador, DJ, melómano, pepenador de vinilos y anexas.
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