MARÍA MERIOMA Y LIDIA LEIVA / CORRESPONSALES
FOTOS: LOLLAPALOOZA BERLIN ES / PABLO CAMPOS
Eran las 12 del mediodía cuando comenzaba nuestra primera jornada festivalera en Lollapalooza. Nuestras expectativas del festival eran algo difusas, pues es la primera vez que se celebra en Europa, tras las sumadas ediciones que Perry Farrell ha llevado a cabo en América y no sabíamos con certeza cómo podría ser.
El cartel del festival y su parte visual ya nos hacían entender el concepto alternativo, pero no esperábamos ciertos detalles del festival que nos cambiaron la opinión preconcebida. El sol estaba radiante entre pistas de aterrizaje y despegue en el aeropuerto de Tempelhof, cerrado en 2008, pero en el que sin duda, se ha encontrado un lugar perfecto para desarrollar un festival tan internacional como Lolla, pese a que aún quedarían cosas por mejorar.
En Lolla puedes encontrar tintes imaginarios y conceptuales, puede que por el lugar y la música, pero también lo que caracteriza estos guiños soñadores ha sido su estética, los talleres infantiles y su gente, con un perfil muy variado en la edad, desde niños jugando con pompas de jabón en el área Kidlollapalooza acompañados de sus padres, hasta adolescentes bailando breakdance y adultos de todas partes del mundo bailando en la pista.
Acordamos desde antes de cubrir el festival que Lidia Leiva se ocuparía de los artistas locales (los que comúnmente cubre en el Reporte Alemania) y María Merioma de todos los demás.
Por la parte alemana, el primer concierto con el que dimos fue el del ya conocido David K. Su música electrónica envolvía de ambiente festivalero al público, aunque no todo estaba a su favor, pues la hora en la que dio su espectáculo no era la más adecuada, más oportuno hubiera sido en la noche… Aunque Lolla cerró sus conciertos a las 23.00 horas, un alivio para los madrugadores, y una lástima para los más fiesteros.
Los austriacos Parov Stelar nos conquistaron en el final de la tarde en nuestra primera jornada en el escenario del mainstage con sus ritmos de electro swing y jazz, acompañados de su orquesta, y de la voz de Cleo Panhter que no dejó de bailar sobre el escenario. En otros puntos se movía María Merioma, especialmente por el alternative stage.
En ese escenario, la sorpresa del día nos la dieron Glass Animals, que tocaron muy temprano, a las 14:45. Estos británicos de corta trayectoria traen un directo con una disposición atípica de los instrumentos, con la batería al frente a la derecha y la guitarra mirando hacia ella casi todo el tiempo.
Lollapalooza en su primera edición europea parece estar proyectado para crecer y puede que por eso se sienta, por momentos, como un pantalón dos tallas más pequeño. Las zonas de comida se llenan con facilidad cruzando sus colas de un extremo al otro de la zona y por fallos técnicos los baños han resultado insuficientes, dos puntos que de verdad han incomodado al público. Aunque eso no logró opacar al cartel del día; la tarde cerró en el Main Stage 2 con FFS y cayó la noche entre Chvrches y Bastille.
La colaboración de Franz Ferdinand con Sparks (FSS) parecía que iba a seguir al pie de la letra “Collaborations Don’t Work” pero lograron remontar el concierto tocando el súperexito de la banda de Alex Kapranos: “Do You Want To” y así se siguieron entre abrazos y halagos mutuos aunque se notaba que Franz Ferdinand eran quienes tenían peso para el público. Poca emoción ante los americanos de Sparks, que tienen a sus espaldas 30 años más de trayectoria que los escoceses.
En el mismo escenario, ya cansados por los kilómetros que hay que recorrer de punta a punta, Chvrches nos deleitó con la voz de Lauren Mayberry, un concierto precioso que sonó y se vivió con ese adjetivo. Desde las salas de espera del aeropuerto (en prensa) Bastille se veía al fondo, debajo de la torre de control y solo presencié su cierre con su cover de Corona: “Rythm Of The Night” y “Pompeii”.
Aunque todas las presentaciones del alternative stage duraron 45 minutos, The Libertines tocaron una hora y media que valió cada segundo; explotó con “Times for Heroes” casi a la mitad del concierto y se mantuvo hasta el cierre con “Don’t Look Back Into The Sun”, sus dos canciones más famosas. Solo escuchamos un par del álbum que sacaron apenas el 11 de septiembre. Antes de que llegara este momento Lidia se encargó de un espectáculo impresionante: Deichkind.
Digitalism tocaron en el escenario Perry’s, y aunque su sonido al principio dejaba que desear, mantuvieron entusiasmado en todo momento al reducido público que albergaba el escenario. Pincharon sus importantes “Pogo”, “Zdarlight” y su último sencillo “Roller”.
Deichkind dejaron el mejor sabor del día por su espectacularidad y por el fanatismo que se albergaba en ese escenario respecto al público, casi todo alemán. Como ya habíamos comentado, Deichkind es de los grupos alemanes que más está pegando en los últimos tiempos a nivel local, como pudimos ver aquí. La luz y el sonido de los mejores, su estética y performance nos dejaron boquiabiertas por las animaciones inesperadas.
DATO DEL DÍA:
Confirmamos la “teoría de las filas que no van a ninguna parte”. Si haces una cola en cualquier lugar donde haya mucha gente, habrá quienes se pongan detrás de ti, pensando que al frente hay algo que vale la pena.
Por la tarde Lidia, los compañeros de Lollapalooza España y yo lo confirmamos al ver una fila que parecía dar a prensa. Unos pensábamos que era para los WC; decidimos preguntar al encargado de la entrada si podíamos pasar a nuestra zona. Adelantamos unos 10 metros de personas formadas y al llegar el responsable de controlar la “entrada” decía a cada persona que daba con él: “aquí no hay nada, no hay paso”.
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