La historia de Lion Babe es una de esas en las que un artista reconocido de la industria se encuentra con un dúo de R&B demasiado increíble como para ignorarlo. Pero antes de adentrarnos en ella, pensemos en por qué este hallazgo es merecedor de un #ReporteUS.
El dúo compuesto por dos amigos de la infancia, Jilian Hervey y Lucas Goodman, supo complementarse tan pulcramente que ha logrado crear la atmósfera perfecta o ambiance, de una de las ciudades más cosmopólitas del mundo: Nueva York. Cliché o no, uno puede imaginarse definidamente a Hervey y su gran melena cantando “Treat Me Like Fire”, la canción a la que deben su muy reciente fama, en una sala lounge privada de la ciudad, pero ello solo a juzgar en una primera impresión.
En cuanto a la historia, Pharrell, uno de los productores más famosos de la industria, supo del potencial de Lion Babe cuando se encontró con dicho track. Inmediatamente, los llevó a su estudio para comenzar a grabar lo que ahora es sustancialmente su álbum debut, Begin.
En apariencia, el dúo originario de NY cuenta con todo para ser un acto muy explotable en términos artísticos y comerciales, al grado de ser el cliché indicado para llevarlo al clímax mainstream. Pero, volublemente, Lion Babe ha sabido cómo manejar los vaivenes de su pequeña oda al linaje musical del soul en su forma más pura, junto con la esencia superficial del R&B potencialmente transformable en un hit del top 40.
Hay algo en la vitalidad de la música de Lion Babe que los transforma en lo que los países anglosajones llaman inbetweeners; es decir, sujetos que están en medio de dos puntos y no pertenecen a alguno en especial. Justamente, Lion Babe se encuentra ahí: no son ni de la élite comercial, ni de la escena underground; son de ningún lugar, lo cual los coloca en un lugar mucho más especial.