MAURICIO ESPARZA-OTEO
Cuando surgió, el punk era un sonido completamente radical. Escuchar a Sex Pistols no era cualquier cosa, inmediatamente generabas algo: rechazo o amor a primera vista, pero nunca pasaba inadvertido.
Sin embargo, con el paso de los años esto se ha suavizado, y si hoy escuchas “Blitzkrieg Bop” de Ramones hasta suena pop, armónico, bailable… El punk, como mucha música underground, se convirtió en una referencia barata; en un sonido perfecto para un anuncio de desodorantes, o en una estética ideal para playeras de boutiques de niñas fresas.
En México, el punk apareció a principios de los ochentas. Grupos como Dangerous Rhythm o Size fueron pioneros en incorporar las nuevas tendencias al entorno local. Sin embargo, ya para finales de esa década comenzaron a surgir propuestas que, a diferencia de los anteriores, venían de los barrios más marginados, como Masacre 68 o Atoxxico, entre muchas otras, que rompieron esquemas con un sonido mucho más crudo y contestatario.
Pero el punk mexicano que surgió en los barrios es demasiado podrido como para conquistar el mainstream, y aún con el paso de los años, nunca ha sido aceptado por un público masivo. Es por eso que muchas de estas bandas han generado un verdadero culto a nivel mundial; los coleccionistas más nauseabundos de punk aprecian mucho los casetes y discos auto-editados con recursos de producción ínfimos, pero con una autenticidad y una entereza apabullante.
Sin duda, el éxito más grande del género en México ha sido el de Molotov. Aunque me dan ternura quienes piensan que estos grupos famosos son contestatarios o groseros… Tendrían que escuchar a aquellas bandas surgidas del underground mexicano veinte años antes.
Y es por esto que me llamó la atención Mujercitos, una banda mexicana de punk que me dio la misma sensación de cuando comenzaba todo esto, y que me hizo pensar: “Esto no es cualquier cosa”.
Esta banda me recordó a grupos como Masacre 68 y Atoxxico, pues al igual que ellos, los Mujercitos hacen una música contestataria y cruda, sin contemplaciones. Su propuesta es genial, tremendamente sugerente y apasionante, lo suficientemente podrida como para cautivarme… Tal como lo marcan las tradiciones surgidas desde lo más profundo del subsuelo del DF, esas que sólo han subsistido por el aferre de uno que otro necio, apasionado por las propuestas de las minorías.
Mujercitos tienen dos discos: Demo 2014, editado en casete y Mujercitos EP (2015), ambos se pueden escuchar en su cuenta de Bandcamp. Supuestamente, el EP pronto será editado en vinilo de 7” por Not Normal Records, en Estados Unidos, y por Discos Enfermos en España.
Además de su cuenta de Bandcamp, no tienen ningún otro sitio de contacto y se mantienen al margen.
De hecho, les mandé un mail:
¡Hola! Colaboro para el sitio LAPOPLIFE y me gustaría hacerles algunas preguntas para escribir una nota sobre ustedes. ¿Se puede?
Y me contestaron:
No, gracias.