MAURICIO “MICRO” ESPARZA
Vivimos en los tiempos del copy-paste. En el sentido de copiar un texto, una reseña, una columna, pegar, cambiar algunos sinónimos, poner un par de comas y adjudicarse esa idea o ese texto como original. Yo he caído en la trampa, una y otra vez, cada que tengo que reseñar alguna banda lo primero que se me viene a la mente es googlearla, recabar información y acomodarla de tal manera que mi yo interior sienta que no me estoy robando nada.
Es difícil enfrentarse a una banda sin saber nada de ellos, pero así lo hacíamos en la radio en mis tiempos; de esta manera descubrí música tan increíble como The Smiths, The Cure, El Personal… con canciones que programaban en el radio y me atrapaban de inmediato, entonces querías conseguir los discos, vinilos, que eran difíciles de encontrar porque eran importados y raros.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo este choro con los Artesanos? Hace tiempo que una banda no me emocionaba así, solo con escucharla, sin saber absolutamente nada de ella; sólo la música, los sonidos y silencios dispuestos de tal forma que me generaran emociones. Entonces, justo cuando estaba listo para preguntarle todo a Google, me detuve. ¿Será necesario? Me pregunté. Si ya estaba lo suficientemente emocionado de entrada.
Así que, por ahora, poco me interesa saber de dónde son los Artesanos, o si son morenos o güeros. ¿serán regios o de Guadalajara? ¿Serán famosos? ¿Tendrán discos? No lo sé, qué importa, lo esencial aquí está y ya lo tengo.
Los descubrí a través de Soundcloud con un EP, creo, llamado Ecléctico, y de entrada no pudo haberse llamado mejor, porque justamente es un caleidoscopio de sensaciones y emociones con constantes cambios de ritmos y de humor. Lo mismo hay pasajes que llegan al éxtasis a través del ruido y picos de fuerza, combinado con momentos de total quietud, grabaciones con cantos de pájaros, que en algún otro contexto seguramente calificaríamos de ambient.
Las referencias e influencias son muchas. Me recuerdan a la energía y contraste de los Boredoms, al indie de los Flaming Lips, al folk de los Fleet Foxes, a la neo-psychedelia de Mercury Rev, al sonido de Dave Fridmann… Pero también está repleto de pop, mucho viaje, sus toques de jazz… y todo esto siempre resuelto de una manera impecable, bien tocado y sobre todo bien cantado, en español, como debe ser. Cinco canciones sólidas, trabajadas y bien producidas, con un sonido lleno de referencias, pero propio.
Espero que los Artesanos sean un acontecimiento, que todo el mundo sepa de la música que hacen y que simplemente yo –por vivir en una burbuja afincada en Ciudad Satélite– no los conozca. Son una bandota.
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