CYNTHIA RODRÍGUEZ
Kylie es una intérprete hecha y derecha en el pop anglosajón. Sabe reinventarse sin tener que seguir lo que crean que esté de moda, y ha aprendido a envejecer con gracia.
Ahora que sus colegas parecen apostarle al house y al dubstep enjuagados, ella se va por otro lado y se encierra un par de semanas con una orquesta en el legendario estudio Abbey Road.
En estas sesiones, nos lleva a recordar los temas con los que crecimos juntos –desde “Locomotion” y “Better the Devil You Know” hasta “I Can’t Get You Out of My Head” y “All The Lovers” – con un giro distinto al que conocíamos.
Si bien el experimento de volver a grabar ciertos temas en vivo no siempre convence (ahí está el disco Primera Fila, de Thalía), en otros hasta parece que se trata de temas distintos. The Abbey Road Sessions en un claro ejemplo del hipermodernismo actual; los nuevos arreglos de “Hand On Your Heart” suenan demasiado al cover que le hiciera Jose Gonzales.
Faltan unas cuantas canciones, como “Je Ne Sais Pas Pourquoi” o “In My Arms”, que pudieron haber sido impresionantes. ¿Pero qué tal las inesperadas? No veníamos venir “Where the Wild Roses Grow”, con la sorpresiva participación de Nick Cave. Además, está la inédita “Flower”, que no deja de recordar a las potentes baladas de su compatriota Sia Furler.
También es un buen ejercicio tomar este álbum y compararlo con The Best of Kylie Minogue, el compilado que salió hace meses, ya que mientras Best of es un recuento de los temas como sucedieron, Abbey Road son añoranzas romantizadas de lo que ha sido el ayer y hoy.
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