DANNA CAMPOS • Aún se siente en sus canciones ese espíritu de rock de estadio.
Muchos recordamos cuando el rock británico comercial de principios de los dosmiles reinó por un momento… y fue bueno mientras duró.
Kaiser Chiefs forman parte de esa generación que sigue sonando en los clubes de rock y destacando más con himnos pop que con discos enteros. Sin embargo, desde su debut en 2005 la banda demuestra en cada material que son una de las pocas bandas que reúnen y mantienen influencias de grupos emblemáticos de la música británica, como los sintetizadores de The Who, los riffs energéticos de The Clash o el toque vocal y pop de Duran Duran.
Por ello, la banda de Leeds no se rinde y regresa con un sexto disco que además de estar bien hecho, deja claro que ellos no cambiarán su naturaleza. Y es que, aunque quizá no les queden muchos álbumes por lanzar, Kaiser Chiefs siguen siendo los mismos de siempre; aún se siente en sus canciones ese espíritu de rock de estadio que te hace imaginarte en Wembley bebiendo cerveza y coreando estos nuevos estribillos.
Destacan: “Ruffians On Parade”, “Misery Company”, y “Coming Home”.
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