JUAN DE LA SERNA
Japandroids siempre ha sido para mí una banda sinónimo de simpleza, un proyecto que toma los elementos más básicos de una banda punk rock para crear algo crudo y divertido que se refleja en un acto en vivo fuerte, ruidoso… sudado.
En Near to the Wild Life of Heart, su último LP, la esencia de la banda se ve opacada por elementos “nuevos”, como guitarras acústicas, sintetizadores, coros pegajosos y una producción abrumadora.
No es un secreto que Japandroids está tomando otro rumbo. ¿Es este uno mejor? Probablemente sí, para sus objetivos de crecimiento y expansión como banda, aunque no necesariamente para quienes se enamoraron de su clásico sonido desde el principio.
El disco se convierte en una constante batalla entre lo que fueron y lo que ahora desean ser, en la cual ninguna de las partes parece llegar a un acuerdo, pues carece de equilibrio y crudeza, aspectos que caracterizaban al dúo de Canadá, y que terminan cediendo ante la parte complaciente.
Este tercer lanzamiento incluye canciones interesantes y dignas de atención, aunque lamentablemente no son el común denominador. “No known drink or drug”, parece un gran lado B de Post Nothing, mientras que “I’m sorry” parece mostrar el mejor lado del potencial noise/ post punk que la banda podría tener, sin embargo estos esfuerzos se quedan aislados y sin rumbo en el resto del material.
Los discos de transición nunca han sido fáciles para una banda, y este es la prueba, convirtiéndose en el disco de Japandroids más pensado para un público contemporáneo mucho más accesible y que intenta ser descubierto por un público joven.
Habrá que esperar a ver la recepción del mismo ante un público que en la actualidad con suerte consume y presta atención a un sencillo… de un disco completo mejor ni hablemos. Serán ellos y sus fans de “vieja escuela” quiénes tendrán la última palabra sobre Near to the Wild…
A mí sólo me gustaría recordarle a la banda algo que ellos mismos dijeron en 2010: “To hell with good intentions”.