SAM VALDÉS LÓPEZ • Un viaje atemorizante que combina los drones clásicos del krautrock con la psicodelia.
Si hay algo que siempre ha definido la escena británica es la experimentación musical. Guitarras tocadas con el arco del violín, pedaleras a punto de colapsar ante el peso de sendas piezas y la experimentación de nuevos sonidos en estudio son algunos trucos clásicos de la música Inglesa.
Enarbolando esa bandera de alquimia musical, Hookworms se clava en las paredes del intestino grueso que conocemos como rock psicodélico y crea un viaje atemorizante que combina los drones clásicos del krautrock con la más pura cosecha de psicodelia.
Tiranos en escena (siempre quieren sonar perfecto para entregarlo todo), Hookworms tiene como líder a un tal MJ, quien es un perfecto genio de los sonidos que pasa incontables horas en el estudio, arreglando hasta el más mínimo detalle con una precisión letal y con un sentido de justicia draconiano, logrando capturar perfectamente el sonido de la banda. Por algo bandas inglesas emergentes como Vision Fortune, Just Handshakes, Blessa y los simpáticos Mazes han querido trabajar en su estudio.
Su primer EP, Hookworms, son cuatro piezas con un ambiente espeso y a veces hasta lúgubre. Y su más reciente álbum, el ya homenajeado Pearl Mystic, es la culminación de años de sacrificio y shows enérgicos que los pone en una posición de relatar una historia cohesiva para mantenerse relevantes y lo logran.
Desde el épico inicio de “Away Towards” hasta el lamento que es “What We Talk About”, Hookworms va a toda máquina en una senda de psicodelia perfectamente grabada y mezclada. Los intermedios musicales en el disco nos remiten a las atmósferas experimentales de la musique concrète que tanto movió tapetes en la década de los setenta; un guiño para los que fans del género experimental.
¿Fácil de digerir? Para nada, estos muchachos ofrecen música que necesita tu atención, más cuando escuchas Pearl Mystic, que bien podría pasar como una pieza clásica de varios movimientos. ¿Tolerables? He visto a mucha gente salirse del recinto cuando tocan, porque las capas de sonido que logran alcanzar emiten una reverberación que te hace enfermar. ¿Sencillos? Los genios tienen temperamentos, pero si raspas esa capa de malhumorados, entiendes que es más por querer dar un espectáculo completo que una simple mamonería elitista.
Hookworms, donde las distorsiones nunca saturan, las reverberaciones te hacen perder el conocimiento y cada elemento musical se puede reconocer, el producto de una banda dedicada al cien a su producto de estudio que en vivo nunca decepciona, sólo hipnotiza.
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[…] la ubicación de una banda y se hace borrosa su influencia primaria. ¿Quién tuvo más mella en Hookworms? ¿ Hawkind o 13 Floor Elevators? ¿Qué les sirvió más de base: los hipnóticos órganos del […]