Derecha a Izquierda: Rudi Protudi, Marco Rivagli, David Thorpe, Nico Secondini
EMILIO REVOLVER
FOTOS: ROD MONSTRUO
A propósito de su visita a la Ciudad de México, platicamos con Rudi Protudi, líder de la legendaria banda garage punk The Fuzztones, de su recuperación de los sonidos primitivos de los sesenta, de sus inicios en el Nueva York de los setenta, de su primera visita a México en 2002, y hasta de The Cramps.
Vinieron por primera vez en 2002. Desde entonces no habían regresado. ¿Por qué tardaron tanto?
Tratamos de volver en 2005 pero había una crisis por una enfermedad, pandemia, influenza, que al final resultó sólo un montón de basura y mentiras, pero en ese momento no lo sabíamos, así que decidimos no agendar México en esa gira.
Se dice que en 2002 estuvieron recorriendo tianguis en zonas del norte de la ciudad, buscando cosas de “sicodelia mexicana”.
Caminamos mucho por la ciudad, no recuerdo qué compré. Estábamos en barrios bajos, de esos lugares que la mayoría de los norteamericanos no recorren. Pero no tenía miedo, todo mundo se portó increíble con nosotros.
Hablemos de los inicios de The Fuzztones.
Nueva York a mediados de los setenta era la cuna de la música underground, en especial del punk. Llegamos ahí en 1977 y el punk estaba en su apogeo; llegué con mi tecladista Deb O´Nair. Teníamos una banda llamada Tina Peel. Tocábamos desde el ‘76 y nos separamos en el ‘80 para formar The Fuzztones. Entonces Nueva York era un lugar completamente diferente a lo que es ahora; vivíamos en Lower East Side, probablemente en el peor ghetto de Greenwich Village, en la avenida A. De la avenida B a la D estaba lleno de lugares a los que no ibas a menos que fueras junkie o miembro de una pandilla. Feo. En diez años que viví ahí vi como 9 cadáveres, dos o tres asesinatos, un par de violaciones, me atacaron dos veces, y también me robaron.
Venía de un ghetto de negros en Harrisburg, Pennsylvania. Había cierto nivel de peligro al que estaba habituado, pero lo de Nueva York iba más allá. Tina Peel tenía una imagen pop, para nada éramos así, pero queríamos proyectar justo lo opuesto de lo que éramos. Cantábamos canciones como “Boy in a Bag”, sobre una noticia de unos homosexuales en Texas que hacían asesinatos y ponían a la gente en bolsas.
Éramos agresivos, pero lo mezclábamos con una música alegre, divertida. Como si los Archies conocieran a los Sex Pistols. Pero eso no iba a funcionar en Nueva York… Empezamos a vernos más como tipos rudos, y a tocar del mismo modo.
¿Cómo generaron el nuevo concepto? Háblennos de sus influencias visuales. Su logo, por ejemplo.
El logo de The Fuzztones está basado en el clásico logo pirata de la calavera con unos huesos en cruz. Yo lo hice. Lo quería simple. Quería rock n roll. Quería peligro. Estar en el pasado sin dejar el presente. En los ochenta formamos parte de una comunidad que quería revivir el garage de los sesenta, y fuimos una de las primeras bandas en ello. La diferencia entre nosotros y otras bandas del “garage revival” es que la mayoría quería copiar y verse exactamente como una banda de los sesenta. Fuzztones nunca hizo eso. Tomamos también influencias del rock n roll de los cincuenta, Link Wray, Chuck Berry, Bo Diddley, pero también de los setenta, como New York Dolls, Television… lo mezclamos todo y así se generó la música y la imagen.
Me puse playeras Paisley que tenía desde la secundaria, lo de los pantalones de cuero lo tomamos de Gene Vincent; la idea de que todo hasta el cabello tenía que ser negro la tomamos de The Music Machine, lo de llevar huesos se me ocurrió un día después de ver The Hills Have Eyes, una película sobre una especie de familia caníbal que vive en unas montañas…
Recuerdo que estaba viendo una entrevista a John Kay de Steppenwolf, justo después de la película y en un momento el entrevistador le pregunta: ¿Cómo describes tu música? Y él dijo: Primitiva”. Lo escuché y dije “exacto, busquemos lo primitivo”. En esa época me llegué a poner chalecos de piel de mono y cosas por el estilo. Ahora trato de mantenerme lo más lejos posible de todo aquello que tenga que ver con maltrato a animales, pero en esa época no era tan… consciente de esas cosas.
Otra banda excelente que tenía una búsqueda parecida eran The Cramps. ¿Qué opinión tienen de ellos?
Me gustan mucho, solían ser muy buenos amigos nuestros. En Nueva York incluso hubo un momento en el que fui considerado para tocar el bajo con ellos. Fue una de esas pausas de The Fuzztones en los ochenta. Pero es mejor que no haya ocurrido, porque The Fuzztones es mi banda. La cosa que tienen muy en común The Cramps y The Fuzztones es que lo que nosotros hicimos en el garage fue lo que ellos hicieron en el rockabilly… Lo usaron de influencia pero no lo copiaron. Agregaron ese elemento fetichista a su música, pantalones de cuero pegados, se pintaban la cara, y las letras nunca dijeron eso en los cincuenta… nunca fueron tan sexualmente explícitas. Obviamente tomaron mucho de New York Dolls y de Iggy Pop, así que el resultado es algo que excede por completo lo que se hacía en los cincuenta, eran mucho más “minimal”, mucho más primitivo y pusieron sus personalidades realmente en ello. Ambas bandas tenemos mucho en común.
¿Qué le dirías a un adolescente que escucha a los Fuzztones y dice: “Quiero hacer mi propia banda de rock”?
¡Deja en paz tu celular y agarra una guitarra! Practica. Escucha primero a los viejos músicos. Sobre todo en el rock n roll, es muy importante saber de dónde viene, para que puedas entenderlo. En los cincuenta casi todo está basado en una progresión de tres acordes, y si aprendes esa progresión simple y entiendes cómo se relacionan entre sí esos acordes, ya entendiste lo difícil del rock n roll. Ahora, si escuchas blues, escucharás de dónde proviene el rock n roll, incluso puedes escuchar viejo country también, debes sentirlo realmente antes de continuar.
Entonces, escuchas los sesenta, luego los setenta; absórbelo todo. En mi opinión, no hay nada nuevo; puede haber ligeros cambios y diferentes acercamientos pero los años en los que el rock n roll fue pionero fueron de los cincuenta a los setenta, y es cuando escuchas cómo se pusieron las bases. Siempre le digo a alguien que intenta tocar rock: escucha esas tres generaciones de música y trata de sacar lo más posible de ideas de ellas.
¿Puede la música cambiar el mundo?
Absolutamente. Cuando Elvis apareció todo el mundo cambió. Cuando The Beatles aparecieron todo el mundo cambió. Al final de los sesenta el movimiento hippie lo cambió todo; entonces, todo mundo era hippie, todo mundo estaba con lo de amor y paz. Por supuesto que cambia las cosas la música.