ARTURO URIZA Un disco prescindible. Mejor regrésate a los anteriores.
“North Street”, el adelanto de la tercera placa de estos oriundos de la Motor City, resucitados desde el inframundo musical, mostraba material digno para seguir poniéndoles atención. La increíble velocidad del tema y sus dieciséis tiempos en los hi-hats nos avecinó un disco lleno de furia y energía.
Parecía que la Drag City tenía una última carta para estos olvidados, y que además sería la última, ya que la anunciaron como el cierre de la trilogía, la compilación final del material rescatado de los hermanos Hackney.
Sin embargo, conforme avanza el disco se puede notar que las direcciones musicales cambiaron bastante en aquellos días, y que además las cosas que se incluyeron para este disco son bastante diferentes a las canciones y el sonido proto-punk que tanto nos promocionaron en los primeros dos EP .
“Open Road”, “We’re Gonna Make It” y “Yes He’s Coming” además de sonar bastante caseras tienen un halo oscuro y desafinado que no termina de concretar o de entrar en lo que habíamos escuchado antes, mucho menos por la ausencia de rapidez o energía, y por desgracia así se sigue el disco.
“We Are Only People”, de casi nueve minutos, es una pieza errática y aburrida, que al igual que “First Snowfall In Detroit” se siente como pieza de relleno, grabada como ensayo o meras maquetas que debieron quedarse guardadas y que sólo se aprovecharon para vender un álbum más y subirse al barco del hype que las primeras producciones y el documental de la banda crearon.
“Restlessness” tal vez será la otra pieza rescatable y digo tal vez porque no es grandiosa; no está mal pero tampoco brillante. En resumen: un disco prescindible, preferible quedarse con los materiales anteriores, especialmente con el primero.
–