JUAN DE LA SERNA
Un collage de ruido y de belleza único.
¿Qué sucede cuando dos proyectos japoneses de noise/doom unen fuerzas? Una fusión de ideas abstractas, aterrizadas por medio de maquinas de ruido, guitarras, sintetizadores, computadoras y cualquier herramienta que ayude a expresar los conceptos de una cultura aparentemente tan lejana de la nuestra.
Gensho es el nombre del proyecto colaborativo entre Boris y Merzbow. La primera es una banda influenciada por el stoner, el drone y el doom, mientras que la segunda apunta hacia la música experimental, abstracta y de tipo collage.
El resultado es un disco doble con duración de más de 150 minutos, y que abarca diferentes aspectos dentro de la especialidad de cada proyecto. Algunos momentos suenan sumamente saturados y ruidosos, contrastando con otros mucho más melódicos y abstractos.
La idea principal de estos discos es que sean reproducidos al mismo tiempo: por un lado la parte de Boris y por el otro la de Merzbow, para crear una especie de collage al cual se sugiere ir modificando el volumen al gusto, muy al estilo del disco Zaireeka, de The Flaming Lips.
Lejos de que la idea sea innovadora o no, es interesante que cada escucha sea una experiencia e irrepetible, lo cual le da un aspecto “conceptual” más a la forma de escucharlo que a la música o al disco en sí. Definitivamente no es un disco para cualquiera, y no porque sea algo realmente complejo, sino porque la forma en que debe ser reproducido segrega un poco al escucha y limita su acercamiento a este experimento japonés.
Lanzado por Relapse Records en marzo pasado, Gensho explora los limites de cada banda, creando un collage de ruido y belleza único.