MAURICIO HERNÁNDEZ A • El grupo vuelve con un material plagado de melancolía, frialdad y pegajosos beats.
En una de las estaciones de radio que escucho (por internet) me ha pasado dos veces algo similar: Al oír una canción, me ha saltado la pregunta que todos en algún momento nos hemos hecho: ¿Quién la tocará? Lo coincidente fue que en ambas ocasiones –primero en 2011 y luego hace unos días– se trataba de la misma banda. Así supe de la existencia de Austra.
En mayo del no tan lejano 2011, el corte era “Beat and the Pulse”, según mencionó el “locutor”. Ahora la que escuché fue “Painful like”. Dos verdaderas gemas de la nueva generación del synth pop.
Olympia
Austra estrena material. Pasaron dos años para que el trío canadiense (ahora sexteto, con la inclusión de Ryan Wonsiak y las hermanas Sari y Romy Lightman) se animara a realizar Olympia, su nueva producción.
Doce canciones inspiradas en aquellas musas griegas que cantan y transmiten sus sonidos fríos, llenos de ecos en pura energía y pegajosos beats. Sí, Katie Stelmanis insiste en ser un oscuro enigma con su preciada voz y presencia extraña. Una virtuosa en la ópera, fan de Nine Inch Nails y de recrear videos con una carga emocional salvaje. De extrema teatralidad, de coordinados, con irónico abuso del maquillaje y piel, mucha piel.
Todo eso también contiene Olympia, aunque sí argumentaría su regeneración y acercamiento a sonidos más alegres y pegajosos. El misterio en sus compases sigue plagado de melancolía y frialdad, un poco acercado a la corriente que ahora denominan cold wave.
Olympia ahora ofrece seis canales y seis enigmas que descubrir. Una producción fresca con base oscura. Algunos tracks que destacan son: “Annie (Oh Muse, You)”, “Painful Like” y “We Become”.
Aquí otra muestra del sonido de Austra en su nuevo Olympia:
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