ESTEBAN CISNEROS • Una extensa charla con uno de los sobrevivientes de la otra movida española.
Mediados de los años noventa en León, Guanajuato, México: La tienda de música más popular (afrontémoslo: la única entonces) de la provincianísima ciudad del cuero y el calzado, La Manzana Verde, cierra sus puertas. En la liquidación, un tal joven Guti se hace de un disco que muestra en portada a cuatro paliduchos con ropa estridente y raros peinados nuevos. Se va a casa y pone el disco. Su mente estalla y queda esparcida en cientocuarentaydos pedazos en la sala de estar. Guti ha descubierto a los Tiernos Mancebos, que pronto se convierten en sus héroes de juventud.
Principios de los años dosmildiez en León, Guanajuato, México: el joven Guti (afrontémoslo: sigue siendo joven) habla de Tiernos Mancebos conmigo. Es una conversación de música como cualquier otra y hago una nota mental, pero no me pongo a buscarlos a la primera. Un día, semanas después, voy al centro a una nueva tienda de discos usados que alguien me ha recomendado (ya las épocas de La Manzana Verde han quedado atrás).
Revuelvo varias cajas y en una me encuentro con ese mismo disco: cuatro paliduchos con ropa estridente y raros peinados viejos. Sellado. Impecable. Recordé la conversación, me maravillé de la coincidencia y me fui a casa a poner el disco. Mi mente estalló y quedó esparcida en cientocuarentaysiete pedazos en mi estudio. Había descubierto a los Tiernos Mancebos y quise que fuesen también mis héroes de juventud.
Así es la vida, así es el mundo: unos sevillanos de los años ochenta hacen mella en la psicogeografía de un sigloveintiunita guanajuatense, por azar o destino (qué sabe uno ya). Porque los Tiernos Mancebos comenzaron a tocar alrededor de 1984, grabaron su primer (y único) LP en 1987 y se separaron en 1989, cuando yo no tenía ni cinco años; porque lo hicieron en una tierra lejana que, aunque comparte muchos vínculos con la mía, sigue siendo ajena a pesar del internet y todo ese jazz. Qué de sus sonidos y palabras, de su pinta y actitud me dijo tantas cosas incluso treinta años después, no lo sé. Pero así es la música y, carajo, por eso me encanta.
Después de darle muchas vueltas al disco y de hablar de mis impresiones con el joven Guti, me contó que mantenía contacto con Martín León, bajista del grupo y ahora líder de su proyecto MALESO. Ni tardo ni perezoso, lo contacté yo también. Quería saber de Tiernos Mancebos y terminé por conocer mucho más. Y me quedé corto, creo. Aquí mi pequeña charla a distancia, web mediante, con Martín León…
¿Cómo nace en Martín la obsesión, La Obsesión, por la música y los discos?
Fue algo en cierta forma premeditado. En mi casa no se oía música, mis padres no eran aficionados ni hay antecedentes en la familia. Un día, con trece o catorce años, en una excursión escolar, mis compañeros en el autobús cantaban todos una canción en inglés (creo que “Wish You Were Here”, de Pink Floyd). Yo pensé que no tenía ni idea de música y que debía aprender. Consideré que el grupo más famoso eran los Beatles así que me conseguí una cinta de ellos. Desde el momento en el que le di al play ya no hubo marcha atrás.
¿Cómo era tu ciudad natal cuando eras niño? ¿Y cuando joven?
Jerez es una ciudad de unos 200 mil habitantes en Andalucía, 100 kilómetro al sur de Sevilla. La ciudad en sí es bastante extensa y siempre viví allí en barriadas del extrarradio. Había mucho terreno libre para jugar, con vegetación y escombros. En esa época a los niños se nos dejaba todo el día en la calle jugando y eso es lo que recuerdo. Cuando crecí ya me tuve que marchar a Sevilla a estudiar.
¿Cómo fue que comenzaste a tocar?
Ya llevaba un par de años oyendo música pop, sobre todo Beatles, y un día vi en un escaparate una guitarra eléctrica; me pareció un instrumento precioso, con esos colores brillantes. Decidí que quería una. Mi padre me puso como condición que aprendiese a tocar la guitarra flamenca y lo hice durante un año. Finalmente, me compró mi primera guitarra eléctrica.
¿Tocaste antes de Tiernos Mancebos con otros grupos?
En Jerez toqué en un par de grupos muy amateur, con amigos del barrio y compañeros del colegio. En aquella época lo que pegaba era el rock andaluz; una mezcla entre rock progresivo y flamenco y era lo que intentábamos hacer, aunque era muy complicado para unos principiantes.
¿Cómo llegaste a Tiernos Mancebos?
Ya estudiando en Sevilla conocí a Miguel Ángel en la facultad de Historia. Me comentó que tenía un grupo y que no tenían bajista. Yo tenía en aquella época el bajo de un amigo en casa así que me ofrecí. Como coincidíamos en muchos gustos, la cosa fue bien.
Tengo entendido que cuando llegaste al grupo sonaban bastante distinto. ¿Cómo es que fueron cambiando?
Bueno, no es que cambiara especialmente por mi llegada, simplemente fue evolucionando. Al principio en el repertorio había de todo, prácticamente tocábamos cualquier cosa que supiéramos tocar. Fuimos centrándonos más y más en hacer canciones propias y depuramos el estilo eliminando los rasgos más amateur.
¿Tenían algún vínculo con el revival mod? ¿O con alguna otra subcultura?
Nos llevábamos bien con los mods de Sevilla. En realidad la escena en Sevilla no era tan grande y todos los grupos se llevaban bien entre sí, mods y rockers incluidos. Yo, en particular, lucía una estética más bien rocker, aunque luego el aspecto en el escenario de Tiernos Mancebos era más mod.
¿Qué otros grupos de esa época les gustaban? O les gustan ahora, que los gustos pueden cambiar…
En aquella época había en Sevilla grandísimos grupos como Los Picapiedra, Dogo y los Mercenarios, Helio o Dulce Venganza, y aún me dejo varios. Nuestro grupo preferido entonces era 091, un grupo de Granada.
¿Cómo fue esa primera etapa de Tiernos Mancebos?
La recuerdo con mucho cariño. Éramos muy inexpertos pero muy entusiastas y nos lo trabajábamos mucho, todos pensando solo en el grupo.
¿Cómo fue la grabación del primer disco, que me encanta?
Fue bastante pintoresca. La compañía de discos nos mandó a Londres a grabarlo en enero, con un metro de nieve. El estudio estaba en una casita al sur de Londres y fue una gran experiencia. Aprendimos mucho.
¿De dónde salían esas letras? También me gustan un montón…
Me alegro de que te gusten. Las letras son algo extraño porque cada persona le da una interpretación particular y pueden llegar a significar mucho para ellas. En Tiernos Mancebos escribíamos Miguel Ángel y Carlos, que componían juntos, y yo por otro lado. Había canciones muy líricas, como “Moscas y Arena”, “Hoy el aire corre caliente” (mi letra preferida), y otras humorísticas o de puro absurdo. De las mías, la letra que más me gusta es la de “Sevilla indómita”, que entraría dentro del grupo de las absurdas, más bien.
Giras, grabaciones, historias pop… ¿Cuáles fueron los momentos más emocionantes de Tiernos Mancebos?
¡Algunas actuaciones fueron muy espectaculares! Seguramente el momento cumbre fue nuestra visita a Venezuela, donde hicimos varios programas de televisión, incluyendo un concierto completo en directo grabado para su emisión.
¿Y los peores?
En la vida de un grupo hay muchos momentos malos, muchos ratos de interminable espera, muchas dificultades, muchas zancadillas. Pero ya se me han ido olvidando.
¿Cómo eran Tiernos Mancebos en directo?
Era un grupo que impactaba musicalmente, por el uso de las voces sobre todo, y visualmente, por la estética y lo bien que lo pasábamos en escena. Miguel Ángel en particular era espectacular sobre las tablas y nuestro batería, Jorge, nos daba una solidez y un empuje que enganchaban al público.
¿Qué sucedió con el grupo? ¿Por qué terminó todo?
Tras el primer disco nuestra compañía, Polygram, estimó que no había sacado suficiente dinero de su inversión y nos dejó en un cajón. Decidimos marcharnos y empezar de nuevo con otra historia.
¿Qué siguió para ti después del grupo?
Miguel Ángel, Jorge y yo formamos Las Balas, junto con Juan, hermano de Miguel Ángel. Grabamos dos discos y actuamos por toda España. El grupo duró cuatro o cinco años.
¿Cómo fueron los tiempos de Las Balas? ¿Y de Soul Mama, otro proyecto de aquellos días?
De Las Balas recuerdo sobre todo las actuaciones en directo y lo bien que nos llevábamos. La verdad es que disfrutábamos mucho. Soul Mama es un grupo de versiones con el que pude dar rienda suelta a mi pasión por la música negra. El grupo se aletarga y resurge cada cierto tiempo y así ha sido durante los últimos quince o dieciséis años. He aprendido mucho en Soul Mama.
Luego siguió Sur Pop. Cuéntanos sobre ese proyecto. Y qué sigue para él…
Sur Pop es el proyecto de Agustín Gallardo, un músico de mi quinta, también de Sevilla. Hace canciones excelentes y tiene un enfoque musical distinto al mío, lo que me resultaba muy enriquecedor. He tocado con él durante diez o doce años y hemos grabado dos discos. Por cuestiones de trabajo he tenido que dejarlo pero sé que continúan trabajando.
Y ahora, MALESO. ¿Cómo nace el proyecto?
Entre 1995 y 2005 me dediqué fundamentalmente a tocar en grupos de versiones como Soul Mama pero también como Los Excarabajos, Restless y The Casanovas. No veía salida para mis propias composiciones. Con la llegada de internet y la mayor facilidad para grabar en casa que te da la informática vi una ocasión de retomar las composiciones propias y empecé con un primer disco en 2009; una recopilación de las canciones que tenía hechas. Me gustó mucho la experiencia y he ido componiendo y sacando un disco por año aproximadamente.
¿Cuáles han sido los mejores/peores momentos de MALESO?
Lo mejor han sido las grabaciones. De nuevo he tenido que aprender a manejarme en ese mundo y la experiencia cada vez me gusta más. No recuerdo momentos malos, la verdad.
¿Cómo ves la actualidad de la música pop?
La verdad es que estoy bastante desconectado de lo que ocurre musicalmente en el mundo, vivo en mi universo musical de sixties, música negra y Broadway. Lo que sí es cierto es que hay muchísima música. Los jóvenes tienen más fácil acceder a grabar o a promover su música en internet y los viejos nos empeñamos en no retirarnos. Quizás seamos demasiados.
¿Qué le ves al futuro de la música pop?
Creo que es un misterio y nadie puede prever cómo evolucionará después de la revolución que ha supuesto internet. ¿Crecerá la creatividad al disponer de canales accesibles para la difusión o se ahogará por falta de apoyo profesional? Ni idea.
¿Vinilo, CD, mp3?
Tengo demasiado de los tres formatos. Desde el punto de vista del músico creo que no hay algo comparable a ver tu disco en un vinilo, con su carpeta enorme, con fotos y todo el carnaval. Pero en la práctica solo tiro de los mp3.
¿Tienes algún placer musical culpable?
Cada vez intento tener menos prejuicios con la música y eso hace que no me arrepienta de nada de lo que me gusta, que es extremadamente variado y deliciosamente incoherente. Hace poco grabé y publiqué una sevillana: posiblemente he tocado techo en cuanto a disparate estilístico.
La pregunta molestamente obligada de estos cuestionarios (odio hacerla, pero no puedo evitar hacerla): ¿tienes 10 discos favoritos? ¿Podrías enlistarlos?
Tengo una carpeta en mi ordenador llamada “Obsesión”, en la que tengo discos que tengo que oír cada cierto tiempo. Así más o menos estarían:
Jackson Browne, Running on Empty.
Elvis Costello & The Brodsky Quartet, The Juliet Letters.
Tom Waits, Rain Dogs.
Beach Boys, Pet Sounds.
Brian Wilson, SMiLE.
Kiko Veneno, Échate un cantecito.
Original Broadway Cast, Kiss Me, Kate.
Imán Califato Independiente, Camino del águila.
BMX Bandits, My Chain.
The Beatles, Please Please Me.
¿Y diez singles?
Sam Cooke, “A Change Is Gonna Come”.
Otis Redding, “Try A Little Tenderness”.
James Brown, “Please Please Please”.
Nacha Pop, “Chica de ayer”.
Golpes Bajos, “Malos tiempos para la lírica”.
091, “La torre de la vela”.
Gram Parsons, “The Return of the Grievous Angel”.
Johnny Cash, “Folsom Prison Blues”.
The Kinks, “Days”.
Joan Manuel Serrat, “Para la libertad”.
¿Cuál es tu bebida?
Coca Cola Light, así de triste.
¿Cómo ves a España? ¿Cómo ves al mundo? ¿Estamos jodidos?
Jodidos estamos y bien jodidos. España en grado sumo y el resto del mundo pues según los lugares. En Somalia, por ejemplo, les gustaría estar lo jodidos que estamos los españoles porque allí están mucho peor. La injusticia se ha globalizado y es hora de que despertemos, que tenemos que dejar algo parecido a un futuro para nuestros hijos.
¿Qué hay de México? ¿Alguna vez vinieron, viniste o piensas hacerlo?
Pues con Tiernos Mancebos no fuimos, sí estuvimos en Venezuela. Por supuesto me encantaría ir a México, a tocar o de turismo. Tengo varios amigos allí con los que me comunico regularmente por internet.
Compartimos el gusto por Jesús Franco. ¿Qué le vemos?
Si he de ser franco (valga la redundancia), quien me llevó a Jesús Franco fue Lina Romay, que visualmente es bastante llamativa. Por supuesto, admiro esa capacidad de hacer cine sin preocuparte del qué dirán o de ningún convencionalismo, algo que me gustaría trasladar a la música, aunque es tarea ardua.
En cuanto a cine, libros, TV… ¿qué te gusta y qué no debemos perdernos?
Me gusta el cine clásico en general: Billy Wilder, John Huston, tú sabes. No tengo muchos conocimientos de cine pero sí me gustan Kurosawa, Berlanga y otros enfoques diferentes al de Hollywood. En cine y TV, cualquier cosa que haya hecho Monty Python no debe uno perdérsela. En cuanto a literatura, leo mucho, sobre todo libros de historia y biografías de músicos.
¿Alguna cosa más?
Solo comentar que mis discos como Maleso están disponibles para su descarga gratuita en maleso.com y en maleso.bandcamp.com. A por ellos.